Los parques de todas las ciudades están repletos de patinetes infantiles. Su éxito es innegable, sencillamente porque es divertido y su uso es más sencillo que el de una bicicleta o unos patines. Desde la primera vez que se montan en uno, niños de todas las edades son capaces de manejarlo sin problemas.
Además de ser una forma muy completa de hacer deporte, el patinete infantil permite socializar, ya sea haciendo carreras en grupo o juegos de saltos. Asimismo, muchos padres optan por el patinete para alejar a sus hijos del carrito, así tienen más autonomía y libertad, se cansan menos que al caminar y es sencillo transportarlo si el pequeño no quiere seguir montando.
Los beneficios que conlleva su uso son muchísimos. Estimulan la actividad psicomotriz, tonifican los músculos, ayudan a desarrollar la coordinación general, el equilibrio y la estabilidad, favorecen la orientación y la organización espacial, combaten la tensión y el nerviosismo, mejoran el estado de ánimo y transmiten valores medioambientales al tratarse de un transporte limpio, entre otros.
¿Los motivos de que sean tan buenos los patinetes infantiles? Hacen que los niños se mantengan más activos, algo que no está nada mal en los tiempos que corren, dado que pasan muchas horas sentados y frente al ordenador. Además, así se relacionarán más con otros niños.
Si quieres animarte a probar el patinete infantil, puedes hacerlo desde que tus hijos tienen año y medio. Para empezar, es mejor en patinetes de 3 ruedas, sobre todo con 2 delanteras y 1 trasera, dado que son más estables y fáciles de manejar. Los patinetes de dos ruedas son recomendables a partir de los 8-10 años.
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