Lo más normal es que sea Nacho Navarro quien entre en a las nuestras nuestras por programas de televisión, de radio o por los podcasts para mostrarnos que hay otros mundos diferentes a los que estamos acostumbrados a ver. Mundos alternativos en los que reina el misterio y que nos hacen contener la respiración en muchas ocasiones. Sobre todo, cuando escuchas sus podcasts de madrugada, en la cama, y con el silencio de la noche.
Pero en esta ocasión, no es Nacho Navarro quien penetra en nuestras casas. Somos nosotros los que nos metemos hasta la cocina de la casa de este hombre polifacético que atrapa sin remedio por su personalidad y por las cosas que cuenta.
Muchos lo descubrimos como colaborador del programa de televisión ‘Cuarto Milenio’, con Iker Jiménez y Carmen Porter, siguiendo su trayectoria en programas como Abismo o Antecesor. Pero detrás de esos programas hay mucho más (como casi siempre que nos asomamos a conocer a personajes televisivos). Y su casa, es un fiel reflejo de su personalidad y de su forma de conocer la vida.
UNA CASA EN EL CASCO HISTÓRICO DE ZARAGOZA
Nacho vive en un precioso piso en el Casco Histórico de Zaragoza. En un lugar que le pega, una casa centenaria situada muy cerca de la iglesia de Santa Isabel, epicentro de la Semana Santa zaragozana. Y digo que le pega, porque Nacho es hermano de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo, y tiene mucho que ver con la Semana Santa. De hecho, seguramente le habréis escuchado tocar el himno nacional con el órgano durante los actos de esta celebración católica.
Antes de subir a su casa, Nacho Navarro y el que firma este artículo quedamos a tomar un café en Marianela, un coqueto café de la calle Manifestación de Zaragoza. Allí, me pone en antecedentes sobre su casa, y sobre las cosas que nos vamos a encontrar. Y mientras me cuenta, tan solo pienso en acabar ese café y en dirigirnos a lo que es el hogar de Nacho Navarro entre viaje y viaje, entre grabación y grabación.
Finalmente, tras un breve paseo por las calles del Casco Histórico de Zaragoza, llegamos a su casa. Y tras una fachada espectacular, y una vieja escalera llena de sabor y de historia, nos adentramos en la suite del presentador, empresario, comunicador y no sé cuántas cosas más. Nacho lleva viviendo allí ocho años, tras reformar por completo esta vivienda de la mano de profesionales como Cerámicas Bagil, que se encargaron de los baños, o Ángel Blanco, un estudio desde el que le ayudaron con la visión de la iluminación, a generar amplitud, y sobre todo, con la suite de Nacho: “quería diferenciar la casa en dos espacios, uno para disfrutar con los amigos, y otro, con la zona personal, la suite con el baño. Y esa zona, es infranqueable, es una zona a la que poca gente entra, porque no me gusta que entre allí la gente. Yo la llamo la Suite Atrévete, porque solo entra quien yo quiero”.
LA ZONA DE DÍA, AMPLIA Y DIÁFANA
La zona de estar es amplia y diáfana, minimalista, pero llena de detalles y de cosas curiosas. Moderna y rompedora, pero a la vez, está llena de arte y de historia. Y de historias también. “La casa es un concepto muy mío, con detalles muy barrocos, necesitaba un espacio brutal. Como ves, es un espacio amplio y luminoso, hay altura de techos, que es lo que a mí me genera sensación de libertad. Quise meter un color muy potente, y por eso aposté por este azul tan fuerte, un poco grisáceo. Aun así, me faltan muchas cosas, porque siempre estoy de viaje por el trabajo…””, nos explica Nacho.
Una de las primeras cosas que llaman la atención de la casa (o quizás no tanto si sigues a nuestro protagonista de hoy en sus programas), es que la muerte está muy presente en esta casa. Pero no de una forma oscura, sino como parte de la vida misma. ‘La muerte está muy presente en mi día a día, y en casa, casi todo tiene mucha relación con la muerte. Desde la pintura que tengo, cosas de amigos que han fallecido, a reliquias, los cráneos que tengo en el despacho… y cosas que me han ido regalando gente que ya no está. En esta casa todo tiene su significado, absolutamente todo.
La muerte, y el misterio, tiene que estar presente. Como le veo la cara a la muerte casi todos los días, creo que la muerte hay que naturalizarla. Esta sociedad del siglo XXI ha dado la espalda a la muerte, no hay contacto ni conciencia con la muerte. Y nadie somos inmortales. Por eso tengo la muerte muy presente, no como una tragedia, sino como una parte de la vida. Tengo cráneos en casa, no como decoración, los puedes estudiar, son para trabajar. Es parte de una creencia en el más allá, yo creo que hay que tener una creencia en el más allá”, prosigue Nacho.
Parte de esa relación tan natural con la muerte le viene a Nacho por su pertenencia a la Hermandad de la Sangre de Cristo, “una institución aragonesa que es otro patrimonio inmaterial que tiene Zaragoza. Tiene casi 1000 años de historia, y es una de las instituciones más antiguas de España, con una labor que es la más primigenia de las que existen en toda Europa, la recogida de cadáveres de forma altruista, con la ayuda de la dotación del Ayuntamiento. Estoy orgullosísimo de ser uno de los 50, y espero acabar allí los últimos días de mi vida”
Tras esta disertación sobre la muerte, fijamos nuestro foco en la zona de estar de la casa. Una zona que está dividida en varios ambientes. Por un lado, la zona que más llama la atención es una esquina forrada por dos estanterías que son una especie de gabinete de curiosidades en la que podrías pasar horas mirando todo lo que guardan. Libros, un Cristo del XVI, una copa parisina del siglo XVI, un trozo de venda egipcia del reino medio del 1800 AC, el primer plano que se hizo de la estación de Delicias, porque mi padrino es el arquitecto de la estación… Ahí tengo también una campana de 1596, esta es una de las pocas manos que se conservan de una iglesia destruida durante la Guerra Civil, una reliquia del XVII…”
También podemos contemplar un crucifijo que era un tintero, una colección de huevos de tiburón secos (le encanta coleccionarlos), o la prueba de autor de Jorge Gay de cuando falleció el hijo de Pepe Rebollo. También hay una guía gastronómica, dedicada por la periodista Carmen Porter, o un ejemplar de Criaturas fantásticas. Ante tal colección de objetos varios, Nacho señala no tiene una casa para que la gente la vea, “tengo una casa para mí, y creo que es marcha mucho la diferencia. Me importa un pimiento que sea bonito o feo para la gente, me importa que yo esté cómodo”.
El director de Abismo tampoco concibe una casa sin arte, ni una casa sin libros. Además, es un loco de las vajillas (una pasión que compartimos): ·Tengo piezas de Limoges, de Sèvres… Me gusta mucho la vajilla francesa, las cristalerías… cuando viene alguien a cenar, me gusta sacar la comida en estas bandejas de porcelana. Yo no sé si la gente valora estas piezas, estos detalles, pero a mí me gusta hacerlo”, prosigue Nacho.
Completando la escena, hay un espectacular clavicordio, sobre el que hay un boceto de1891 de un cuadro que se debió a pintar a gran escala, aunque nunca se ha encontrado: la entrega de las llaves de Granada a Fernando El Católico, de Luis García Sampedro. La presencia del clavicordio dice mucho de otra de las grandes pasiones de Nacho: la música. “En estos momentos estoy un poco apartado del mundo de la música, pero no lo olvido. La música me ayuda a volver a mis inicios, a recapacitar, y sobre todo a meditar si lo estoy haciendo bien o mal. Yo no concibo un mundo sin música, ni sin arte. El arte puede ser por medio de la música, de la pintura, de cualquier creación, pero es lo que nos devuelve a nuestro origen, en las cavernas. Algo ocurrió en la mente del ser humano cuando comienza a soñar, cuando comienza a creer en dioses. El ser humano se convierte en ser humano cuando comienza a cavar fosas y entierra a sus ancestros. Cuando tienen esa creencia de la muerte y comienzan a creer en el más allá, y sobre todo, cuando dentro de una cueva, se genera el don del arte”
Dentro de esa filosofía de vida, Nacho profundiza: “No entiendo un mundo sin música, sería un mundo muerto. La música es fundamental en la vida, hay que saber y leer de música, desde la música del medievo al rock. La música es parte de la vida, remueve tu interior, y es lo que te hace renacer. La música, como las obras de arte, nunca se deberían destruir. El arte no debería faltar nunca”.
LA ZONA DE COMEDOR Y LA DE ESTAR
Junto a su gabinete de curiosidades varias, pegada a la zona de los balcones, está la mesa extensible, muy importante para cuando hay visitas, combinada con unas sillas en un rompedor color amarillo. Pero sin duda, lo que destaca es la moderna iluminación incrustada en el techo. Una iluminación que está pensada para dar un toque diferente al espacio, pero también para que la luz nunca falte cuando la mesa se extiende.
Junto a la mesa, la pared entre balcones, hay varias obras. “Esta es una foto de Jorge Sesé, en la que aparezco tocando el Himno Nacional con el órgano en Semana Santa, o esta es una obra de Agü, el ilustrador de Cuarto Milenio, y es uno de los encargos que le hice, un extraño ser que yo hice un documental sobre él. Esto es un regalo de Silvia Ladrero, que es un cráneo que me parece espectacular, y esto es un boceto de Jorge Gay para la cúpula del Pilar. Es de las poquitas ceras que él tiene”.
A continuación nos encontramos con la zona de estar, presidida por un amplio sofá y un mueble con una tele XXL. Al lado, un recuerdo de Granada, y una delicada cajita de porcelana de Sèvres. Sobre el mueble, Nacho expone una pieza que le apasiona: una cabeza frenológica de La Cartuja de Sevilla. En 1845, la firma de loza sevillana patentó el diseño de esta maravillosa cabeza, inspirándose en las investigaciones de Mariano Cubí y su teoría sobre las 43 facultades humanas repartidas en distintas partes del cerebro.
En aquella época, mediante esta pseudociencia, “ellos palpaban el cráneo, y dependiendo de la protuberancia de la zona, creían descubrir el aprecio, la intimidación o la agresividad que podía tener cada persona… incluso se iba a las cárceles a palpar cráneos, y según en qué lugar estaba la protuberancia, era por ejemplo un violador. Y no salía de la cárcel”.
Y sobre la mesa de centro, tenemos una curiosa combinación de esas que permiten descubrir la personalidad del director y presentador de Abismo: “un catecismo en estampas que es brutal, porque podrían enmarcarse por separado, y encima, Every Body, un libro de relatos anónimos sexuales y eróticos”. Una combinación curiosa, cuando menos…
UN DESPACHO LLENO DE CRÁNEOS
Antes de pasar a la suite, entramos al despacho que Nacho tiene en casa. Un despacho que no es apto para aprensivos, por la colección de calaveras que podemos ver en la estantería. Aunque hay que decir que en esta casa quedan súper naturales. Esta colección de cráneos no sirve solo para decorar: también sirven para trabajar: “Los he utilizado en parte para Antecessor, y también porque tengo una empresa de reconstrucción facial por medio del cráneo y mediante la inteligencia artificial. Con ellas también he dado conferencias, ya que las calaveras me servían para explicar cómo se diferencia un cráneo, o como podemos reconstruir un cráneo mediante inteligencia artificial. Junto a ellas, puedes ver libros que utilizo mucho, sobre todo del arte y la pintura rupestre, que soy muy fanático. Esta es una de las primeras reproducciones que salieron de Altamira”.
En el despacho hay más cosas curiosas, como el vino del Entrecopas que con tanto éxito organiza Nacho junto a Yolanda Gil, además de “cuadros que te regalan, retratos, fotos de mi familia, de mi tatarabuela, dos niños en su comunión, cerámica de Teruel, de Gorriz, que es de las mejores cerámicas de esta provincia… Los verdes con los que se pintaba la cerámica se hacían con el orín de los niños, es muy curioso”.
DE CAMINO HACIA LA SUITE
Indicando el pasillo hacia la suite, encontramos varias piezas de interés. La primera, una cómoda la abuela de Nacho que restauró, sonbre la que hay un cuadro de Pascual Blasco, “gran amigo de la familia, y además, yo soy amigo de su hijo, que es sacerdote y responsable de patrimonio de la Diócesis de Zaragoza. Pascual siempre tiene que estar muy presente, y con sus azules, yo creo que encajaba muy bien con la casa”.
En el pasillo que conduce a la suite también se encuentra la cocina. Una estancia que Nacho amplío durante la reforma de la casa, ya que “había casi 12 alcobas. He ocultado los armarios y electrodomésticos, puso un paño azulado, otra pared de cerámica… Y como me encanta la cocina, puse gas, por eso no me puse vitrocerámica”.
Más adelante, en el pasillo, hay una especie de hornacina, en la que encontramos un homenaje a Matisse, y dos imágenes muy interesantes “dos regalos que me mandaron hace poco tiempo, que rompen con el desnudo. La iluminación moderna también. La iluminación moderna también rompe con las formas de esta parte de la casa”.
LA ZONA PRIVADA: LA SUITE
Tras atravesar ese pequeño pasillo, llegamos al sancta sanctorum de la casa. La zona privada, esa parte de la casa en la que apenas entra nadie: la Suite. En ella, destacan la cama con cabecero y la pared en azul dando un hilo conductor a la decoración de toda la casa. En un estante lateral, encontramos más piezas únicas, como una copa Moser de cristal del Imperio Austriaco, que se usaba en los juramentos reales. “Procede de una subasta, fue muy interesante conseguirla, con ella hacían los grandes pactos.
La habitación se complementa con los armarios panelados hasta el techo, un sillón, y unas lamparitas a los lados de la cama para leer, “que son muy de diseño de hotel”. También destaca el baño personal de Nacho, cerrado por una puerta de cristal fume que da paso a un baño espectacular en el que destacan elementos como unos azulejos de diseño italiano.
UN HOMBRE POLIFACÉTICO
De vuelta a la zona de estar, nos sentamos en el sofá mientras entra la luz a raudales por los balcones. Y Nacho comienza a hablar de su parte profesional: “En este momento estoy muy metido en los proyectos para televisión, como Antecessor, un programa que se ha hecho para Aragón tv, siendo el primer programa en la historia audiovisual en el que se ha estudiado a doce personajes históricos, se les ha exhumado, se ha buscado la causa de su muerte, se ha investigado cómo vivieron… Luego, también estoy con Abismo, que es uno de los 100 podscast más escuchados de España. Abismo puede verse en Youtube, o escucharse en Está en Youtube y en iVoox, También estamos preparando otros tipos de podcast, con temáticas tan curiosas como el erotismo”.
Con Abismo, ha creado hasta una experiencia brutal en el metaverso. Concretamente, en la catedral y el castillo de Monzón. “Una vez al mes, todos los que tengan gafas UBR interactúan con nosotros y están en el programa en el mundo virtual en 3 dimensiones. Es el primer programa que ha hecho esto en España, y lo hemos hecho gracias a Monzón y al Gobierno de Aragón, consiguiendo algo tan bonito como que Abismo, un programa que ayuda a generar turismo porque hay mucha gente que quiere conocer esos lugares de los que hablamos. Como dato, tan solo el 5% de las escuchas y visualizaciones del programa son de Aragón. Eso me hace sentir que soy un abanderado del turismo de nuestra tierra”.
Dentro del mundo de la televisión, Nacho tiene dos productoras, y está muy centrado en la creación de contenidos nuevos y diferenciados, enfocados sobre todo hacia la miniserie y el documental para plataformas privadas. En esa dinámica, están trabajando con la Agencia Espacial Europea haciendo una pequeña serie. “Todo ese trabajo no sería posible sin la colaboración de Ion Heras y Silvia Ladrero, somos los tres espadachines. Silvia codirige todo conmigo. Y sin ella, sería imposible sacar todo este trabajo adelante. En esta vida de viajes y de falta de tiempo, hay que saber delegar, hay que tener un buen equipo… Y ella es esa persona de confianza. Ella ha creído en mí, y yo he creído en ella”.
Por si no le bastara con la parte de comunicador, Nacho Navarro dos empresas más: “una es de antropología forense, donde trabajamos el tema de la reconstrucción y el tema óseo, y otra que va más enfocada hacia la paleogenética. Es decir, cómo buscar la genética a través del hueso, es un mundo muy interesante, y que se ha puesto bastante de moda, aunque no es fácil hacerlo”.
Durante la conversación, a Nacho Navarro también le sale el orgullo patrio: “Aragón tiene mucho que contar, tiene empresas maravillosas en el mundo audiovisual, creo que poco escuchadas. Lo último que hemos hecho ha sido identificar a los Reyes de Aragón, Ramiro I Sancho Ramírez, Pedro I, a Alfonso I El batallador… Identificamos a sus herederos, descendientes, incluso hemos encontrado hijos de reyes que no aparecían en los libros de historia, y que hubiesen sido herederos al trono. También hemos descubierto que algunos de estos reyes no murieron como pensábamos. Por ejemplo, Ramiro I muere de manera diferente a la que contaba la historia, lo mismo sucede con la muerte del infante. También hemos identificado a las heroínas de los Sitios, a Agustina de Aragón, a las primeras legiones romanas que llegaron a Zaragoza, se ha estudiado al gran Justicia de Aragón, Juan de Lanuza… Todo esto se ha hecho por medio de la genética y la antropología forense, y yo como presentador, lo he bajado a la tierra para que todo el mundo supiera de qué estábamos hablando. En ese proceso hemos digitalizado los huesos, creando panteones digitales que permitirán que cuando se quiera volver a investigar algo, no sea necesario volver a exhumar sus restos”.
SUS PIEZAS Y RINCONES FAVORITOS
Imaginamos que ante tantas y tan variadas pertenencias, sería complicado elegir cuáles son sus piezas favoritas. Esas que siempre le acompañarán viva donde vida. Pero no. Nacho Navarro lo tiene muy claro: “Los cuadros me acompañan siempre todos. Principalmente el de las llaves de Granada, el díptico de Galdeano y Pascual Blanco. Siempre tiene que a ver uno de Pascual Blanco por la amistad que nos unió”. Respecto al rincón favorito de su casa, tampoco se lo piensa mucho: el despacho, ese lugar lleno de cráneos y de recuerdos del pasado en el que a buen seguro seguirán surgiendo nuevas ideas y nuevos formatos para continuar sorprendiendo a sus seguidores.
Nacho, muchísimas gracias por recibirnos en sacar un hueco en tu apretada agenda de viajes y abrirnos la puerta de tu suite ¡Ha sido un placer charlar contigo, y descubrir esas curiosidades que guardas en ese pequeño museo que es tu casa!