Dicen que las casas son el fiel reflejo de quien las habita, y en el caso de la interiorista Elisa López, ¡esta frase no puede ser más real! Elisa vive en el Noveno C, un piso ecléctico, lleno de luz que transmite calma y una agradable sensación de bienestar, al estilo de esas viviendas del norte de Europa que tanto nos gusta ver en las revistas de decoración.
La propietaria de esta vivienda es interiorista. Ella es el ejemplo perfecto de que uno puede reorientar su vida con éxito si tiene un sueño y está decidido a cumplirlo. Realmente, esta profesional del mundo de la decoración estudió Graduado Social por tradición familiar. pero cuando comenzó a trabajar y puso en práctica lo aprendido en la carrera, rápidamente se dio cuenta que aquello no era para ella y que su pasión era la decoración. Así que dicho y hecho. Como buena emprendedora, se puso a estudiar Diseño de Interiores en la Escuela de Arte de Zaragoza a la par que comenzó a trabajar en una ingeniería.
De forma paralela, camino de conseguir que su sueño se convirtiera en realidad, abrió un blog de interiorismo, Noveno CE. Un blog que fue pionero en nuestra ciudad y que es todo un referente en el mundo de la decoración no solo en Zaragoza, sino a nivel nacional. Desde este, además de escribir de su gran pasión, comenzó a realizar asesorías de decoración online y a realizar proyectos de interiorismo. El poder de internet, el boca a boca, y el magnetismo personal de Elisa, comenzaban a hacer su trabajo.
Fue en 2017 cuando Elisa decidió dar el salto para dedicarse por completo al mundo del interiorismo y la decoración. Fue cuando comenzó a trabajar realizando home staging y tareas de interiorismo para la empresa Century 21. Unas tareas que realiza de forma paralela con su trabajo como asesora inmobiliaria de esta misma empresa, y con los proyectos de interiorismo que realiza como Noveno CE.
El Noveno C: un piso amplio y luminoso completamente reformado
Esa trayectoria vital se ve completamente reflejada en esta vivienda que os mostramos hoy, en la que Elisa vive desde 2010. Porque la planta y la letra de la puerta en la que está la vivienda, el noveno C, se ha convertido en el nombre del blog, y también en la marca personal de la interiorista.
Hoy, vemos un piso amplio y luminoso, pero cuando esta interiorista compró la casa, esta parecía el piso del Cuéntame. Estaba compartimentado, estaba amueblado, tenía papeles pintados de los 70…
Aun así, Elisa se enamoró del piso desde el primer momento. De hecho, reconoce que el corazón le dio un vuelco cuando entró por la puerta. Esa sensación de que el piso tenía que ser su casa se acentuó cuando salió a la galería y descubrió las vistas de los tejados de Zaragoza, entre los que destacan las torres del Pilar y de la Seo.
Tras la compra, Elisa decidió tirar tabiques, eliminar pasillo y varias habitaciones, y crear un amplio espacio multifuncional en torno al que gira la vida del Noveno, y que agrupa el recibidor, la cocina y la zona de estar-comedor.
Piezas vintage y objetos de diseño conviven en plena armonía
La decoración, ha ido surgiendo con el tiempo. Es ecléctica y con cierto toque nórdico. Y combina muebles y objetos deco de diseño, con antigüedades y piezas vintage (muchas de ellas relacionadas con su familia), que le permiten a Elisa establecer lazos con su pasado, y crear un ambiente muy acogedor.
En la gama cromática de la vivienda, destaca el blanco (ideal para potenciar la luminosidad), y tonos neutros como el gris. Para poner las notas de color, Elisa usa mobiliario y complementos, que permiten aportar dinamismo y romper con la monocromía. En el salón, podemos encontrar piezas como la preciosa silla butterfly (una silla icónica cuyo primer diseño vio la luz en 1938), o una tabla de planchar del siglo XIX que Elisa compró en una almoneda, y que hace las veces de aparador detrás del sofá, separando la zona de estar de la de comedor.
Precisamente, esta es la pieza favorita de Elisa. Esta tabla de planchar la compró en una feria de antigüedades, y procedía de una masía de Gerona. Y le gusta “por ser una pieza única, por la tonalidad de la madera y porque tiene hasta las marcas de la plancha que utilizaron en su día”.
En las paredes, láminas de Nueva York (la encontró en la basura tirada), o una obra de la ilustradora zaragozana Coco Escribano. Entre los objeto deco, destacan piezas como una delicada jabonera de Guille García Hoz, o una raqueta antigua colgada de la pared que fue del padre de Elisa, y que en lugar del cordaje, tiene un espejo. También destaca la presencia de plantas, distribuidas estratégicamente por la vivienda, para dar el toque natural, y por supuesto, libros, y revistas de decoración que Elisa atesora y muestra en distintos puntos de la casa.
Las zonas más utilizadas de la casa
Como no podía ser de otra manera en estos tiempos de teletrabajo, en la zona de estar también destaca una pequeña y funcional área de trabajo situada junto a la ventana e integrada perfectamente con el resto de la estancia, desde la que Elisa diseña sus proyectos en Zaragoza, Madrid, Biescas, o Extremadura. Esta zona de trabajo es el área de la casa más utilizada por su propietaria, ya que trabaja muchos días, y “tiene una luz y unas vistas estupendas”.
La zona del sofá es la zona protagonista de sus momentos de relax, para leer o escuchar música, o la terraza, un espacio en el que le gusta desayunar cuanDo comienza el buen tiempo.
Sillas diferentes y vintage en el comedor
A Elisa le gusta recibir en casa, ser anfitriona, y organizar y cenas y comidas con familia y amigos. Eso, se nota en el diseño de la zona de comedor. La mesa, situada entre la zona de estar y la cocina, es otro de los puntos de atención de la casa gracias a las llamativas sillas con las que se ha ido haciendo con el paso de los años. Sillas de diferentes formas y estilos, y también de diferentes orígenes, que conviven en perfecta armonía, con ejemplos como la icónica silla Kartell, que convive en perfecta armonía con una silla de la abuela de Elisa, o con varias sillas recuperadas que fueron recogidas de contenedores de basura, y que hoy lucen espléndidas en el Noveno tras ser restauradas.
En el dormitorio, sencillo, funcional y luminoso, se juega con una banda pintada hasta media pared en un encantador tono azul que hace las veces de cabecero, en combinación con el blanco de la parte superior para ayudar a reflejar la abundante luz que entra por la ventana. Y en este espacio, destaca otra joya familiar: un baúl de su bisabuela restaurado situado junto a la cama y que hace las veces de mesita de noche.
Piezas que dan el toque vintage, conectando con el pasado familiar, y que conviven con piezas más modernas para crear una atmósfera relajada, y sobre todo, muy vivible.
¿Qué te parecen estas sugerencias para la casa de Elisa?