8 € y un poco de fuerza de voluntad es todo lo que necesitas para que no te confundan con una foca a la vuelta de Navidad

Persona vestida de Navidad comiendo dulces navideños

Si ya sabes como van las cosas en Navidad, ¿por qué no prever algo realista para evitarlo? Te proponemos una medida sencilla, saludable y asequible para evitar que otra medida (la de tu cintura) se vaya de madre esta Navidad.

La estrategia: compensar (con cabeza)

No te compliques la vida. Cuando se avisten comidas copiosas, copazos y otras cosas que nos encantan pero van a la moya, procura compensar. Por ejemplo, si es una cena potencialmente “tocinística”,  ese día come más ligero (¡ni se te ocurra saltarte la comida!). Para saciarte más, añade a tu comida una cucharadita de proteína de guisante, no tiene sabor y la puedes diluir en sopas, purés, incluso en agua, infusiones o café. Verás como las tentaciones de visitar la nevera a media tarde disminuyen. Y antes de salir a la cena, prepárate un batido con leche desnatada y otra cucharadita de proteína de guisante: llegarás a la mesa con “menos ganas” de ponerte como las Grecas.

La clave: proteína de guisante


A estas alturas habrás adivinado que la clave de este plan no es coserte la boca, sino la proteína de guisante a la que nos referíamos. Hablamos de un concentrado de proteína de alta calidad nutricional. Este complemento alimenticio está indicado para quienes pueden precisar un aporte adicional de calorías (deportistas, enfermos, ancianos…) y como complemento a dietas alimenticias por su valor nutricional y saciante. Su proteína vegetal es de fácil digestión y contiene un porcentaje muy bajo de grasas y carbohidratos. Ya tardas en hacerte con ella por 8 €, pagando sólo 1,49 € por el envío.


Comprar proteína de guisante

Recuerda que cualquier dieta o régimen alimenticio debe estar pautado y seguido por un especialista médico, y que cada persona tenemos unas necesidades nutricionales diferentes. Consulta con un nutrólogo o dietista antes de realizar cambios en tu alimentación.