Si este verano lo pasas en casa o si te gusta disfrutar de la gastronomía allá donde estés, puedes deleitarte con los productos típicos de cada región sin moverte de tu sofá. Viaja por España gracias a sus productos tradicionales sin importar dónde te encuentres en el momento en el que quieras hacerlo.
Ya lo decía aquel programa de televisión que España es un país para comérselo. Según la zona podemos encontrar y disfrutar productos únicos que hacen de nuestro país un lugar mágico por el que perderse. No hace falta salir de nuestra casa para poder recorrer cada rincón y cada gastronomía. Solo tienes que coger tu móvil, pedir y transportarte a la región que más te apetezca.
Elige destino, coge el delantal, prepara mesa y mantel y… ¡Qué aproveche!
Viaja por España desde la mesa de tu cocina
Mejillones
Comenzamos la ruta por el norte con sus conocidos mejillones. El mejillón gallego fue el primer marisco en tener un sello de calidad. Esto se debe al color tan característico que presenta y lo más importante, posee una carne de alta calidad que apenas disminuye su tamaño al cocerse. Es un aperitivo ideal para servir en tu mesa, su sabor a mar es inconfundible y además su precio hace que sea un marisco gallego asequible para todos los bolsillos.
Torreznos
Saltamos hasta Castilla y León para zamparnos unos torreznos y no podían ser de otro sitio que no fuera Soria. La historia del torrezno está íntimamente ligada a la tradición de la matanza, fuente de avituallamiento de carne para todo el año en la mayoría de las zonas rurales de España. Eso sí, el Torrezno de Soria es un sello de reconocida garantía de calidad.
Mousse de crema cremada
Viaja por España hasta Cataluña. En el siglo XVIII un obispo hacía una visita a un convento catalán y las monjas quisieron obsequiarle con un flan, pero les quedó muy líquido. Ante esta situación, comenzaron a darle al flan toques distintos y el punto final fue añadir azúcar quemado. Cuando le ofrecieron al obispo el postre, el azúcar aún estaba caliente con lo que este exclamó ‘¡crema!’, que en catalán significa ‘¡Quema!’ y este es el origen de su nombre.
Suelas
En su vecina Aragón nos hacemos otro postre, las suelas de Calatayud. Estos bizcochos se elaboran desde hace más de dos siglos en la pastelería Micheto y eran los favoritos de Alfonso XIII. Cuentan que cada vez que Alfonso XIII pasaba en tren por Calatayud, paraba y era endulzado con los típicos bizcochos de Manuel. Gracias a ellos, en 1926 sería nombrada proveedora de la Real Casa de Alfonso XIII.
Moscovitas
Volvemos al norte para pasar por Oviedo y traernos unas Moscovitas. Nacieron en el obrador de Rialto, una confitería situada en el centro de Oviedo. Existen varias leyendas alrededor de este producto, como que contienen un ingrediente secreto que las hace especiales y adictivas o la de que un niño de la guerra que regresó a Asturias desde la Unión Soviética, en su maleta portaba una matrioshka con un papel escrito en cirílico que resultó ser la receta.
Pimentón
Viajamos a Extremadura para traernos un poco de su pimentón de la Vera. Existen tres variantes: dulce, picante y agridulce y nos hemos decantado por esta última. Este producto llegó procedente de América, y se ofrendó a los Reyes Católicos en el Monasterio de Guadalupe. En el siglo XVI, fue introducido en la comarca de La Vera por los monjes Jerónimos del Monasterio de Yuste.
Torta de gazpacho
Nos vamos muy cerquita, hasta Castilla La Mancha para conocer su peculiar gazpacho, el cual se hace con su inconfundible torta. Esta torta tiene un origen milenario, y es una de las formas más sencillas y primigenias de preparar pan. Se elabora principalmente para acompañar al gazpacho manchego, de ahí su nombre. El gazpacho manchego se prepara con coca de gazpacho cortada a trozos, mezclada con un guisado de perdiz, paloma, liebre o conejo.
Txistorra
Nos trasladamos a Navarra para tomar un pincho de su embutido por excelencia, la txistorra. Aunque hoy en día se considera un alimento de excepcional calidad, sus orígenes fueron mucho más humildes. De hecho, la txistorra se elaboraba para aprovechar los restos de la matanza que eran de inferior categoría. Actualmente es un embutido con su propia denominación y alcanzado fama internacional.
*Precio según oferta del día de publicación.