Ángel y Rosa son los dueños de Lapopie, un negocio de arte floral e interiorismo. Y viven en junto a su perro Leo en una casa en la que reinan la mezcla, el color y las antigüedades.
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De entrada: cuatro claves deco
- Definid el estilo de vuestra casa: ecléctico y retro.
- ¿Lo mejor de vuestra casa? La cocina con la terraza, es la zona donde más a gusto nos sentimos
- ¿Vuestro color favorito para decorar? El azul, en todas sus variantes. Del turquesa al azul oscuro.
- ¿Qué piezas no entrarían nunca en vuestra casa? Las puertas modernas y los jardines verticales.
Bajo un sol de justicia y con las temperaturas disparadas en la capital aragonesa, llegamos a la casa de Rosa Lahoz García y Ángel Simarro Ortiz. Frente al calor del exterior, en esta vivienda la temperatura es de lo más agradable. Se nota que es una casa de las de antes, de las que conservan el frescor entre sus paredes.
A Rosa y Ángel muchos los conoceréis por la floristería Luna d’Herreiz, un negocio que ya es cosa del pasado para renacer como Lapopie, un estudio de interiorismo y arte floral que abrió hace unas semanas en la calle María Moliner.
Una casa reformada
La casa de Ángel y Rosa está en el centro de Zaragoza. Y llevan viviendo allí un año, aunque durante la pandemia ya estaban decorándola. Nada más entrar a la casa nos encontramos con una gran estancia multifuncional compuesta por el salón comedor. “Cuando compramos el piso, la casa era fea y oscura, con techos bajos, mucha habitación pequeña… En la zona de la entrada, donde ahora está el salón, había dos habitaciones. Para crear una zona diáfana, se tiraron dos tabiques, e integramos la entrada en el salón. También quitamos el falso techo; Además de recuperar una altura de más de 3,20 metros, aparecieron las molduras originales de la casa”, explica Rosa mientras avanzamos contemplando todas las piezas que lo componen.
El salón comedor es como un pequeño museo repleto de antigüedades y objetos vintage. Desde lámparas compradas en anticuarios, a una jaula de loros, pasando por tinajas, un viejo horno árabe, un terrizo con grapas, una fresquera que hace las veces de consola… Muebles y objetos deco que ha sido restaurados por ellos y que tienen ahora una segunda vida. Algunas ventanas también son originales, “hemos querido mantener las ventanas que hemos podido, para conservar la esencia de la casa”.
Presidiendo la zona de estar, junto a la televisión, hay una chimenea que instalaron durante las obras “Esta es la zona que más decoramos en Navidad, ponemos unos cascanueces alemanes antiguos que son muy especiales por su forma, y que restauré yo mismo”, señala Ángel. También destaca la decoración floral que viste la estancia, y que delata la profesión de los propietarios de la casa.
Desde el salón parte un largo pasillo pintado en color verde que estructura el resto de la casa. “Pusimos un papel pintado muy llamativo y varios elementos decorativos para que no diera sensación de zona de paso”, explica Rosa.
La primera estancia que nos encontramos en este pasillo es la habitación de invitados, decorada al detalle como si fuera una habitación infantil. “Me apetecía tener en casa una habitación así, con este estilo”. En esta habitación, tiene sus camita Leo, el perro de la pareja. “A partir del papel, decoré toda la habitación. Pintamos el techo oscuro, combinamos el rosa, y el azul, pusimos ese armario que teníamos en la otra tienda, hicimos estanterías con unas cajas…”
A continuación, entramos en el dormitorio de la pareja. Un dormitorio muy ecléctico que tiene incorporado un vestidor con cortinas de lino. “El cuarto era más pequeño, y añadimos algunos metros del actual vestidor. Las puertas que separan ambos espacios son recicladas, estaban en el salón, y las hicimos correderas”, explica la interiorista.
El papel instalado en la cabecera de la cama es muy llamativo, respondiendo a la filosofía de esta interiorista de que hay que ser atrevidos con la decoración. Para contrarrestar el potente papel, hay otros detalles, como las cortinas, en tonos neutros. Las lámparas del dormitorio también son restauradas.
La cocina, el corazón de la casa
Desde el dormitorio nos dirigimos hacia la cocina. Y al entrar, es imposible no soltar un wow. La estancia, amplia y luminosa, cuenta con una espectacular terraza que se abre a un patio interior. Más que una cocina de un piso del centro de Zaragoza, parece una cocina de una casa de la campiña francesa.
Es luminosa y amplia, y es el lugar de la casa en la que la pareja hace vida, aunque antes de la reforma, la cocina era larga y estrecha. La cocina fue diseñada en torno a una alacena amarilla, la primera pieza que compraron. A raíz de este mueble, la interiorista eligió el papel pintado, la mesa de madera, y el resto de muebles que componen la estancia…El techo también está revestido por un papel pintado de formas geométricas con colores como el azul, el mostaza o el marrón.
Los muebles están pintados en un encantador color verde, el mismo tono del frigorífico Smeg, y en lugar de cristales, tienen malla de cañizo, lo que acentúa más si cabe el aire rústico de la cocina. En la zona de comedor, la lámpara estaba descentrada con respecto a la mesa, y para corregir la situación y engañar a la vista, la interiorista instaló dos lámparas.
En la estancia destaca la isla de cocina “Tenía claro que tener una isla era una prioridad, para poder cocinar y tener espacio. Para hacer la cocina más grande, tiré una despensa, y el tabique del viejo comedor que había aquí… así conseguimos un espacio amplio que se ha convertido en el corazón de la casa, el lugar donde desayunamos, comemos, cenamos, donde leemos… Para separar la cocina del pasillo, se instaló un cerramiento acristalado, y las antiguas puertas de la cocina. Sobre el cerramiento, hay una antigua jácena que quedó al descubierto durante las obras, y que quedo desnuda por deseo expreso de la decoradora. En la parte superior del cerramiento, también hay unas plantas para integrar este elemento en el ambiente de la casa.
Sin duda, en la cocina destaca la amplia terraza que hay al fondo y que complementa el ambiente rústico de la estancia; una terraza que se abre a un patio interior, está repleta de vegetación y de muebles recuperados. Las luces de ambiente también tienen su importancia en este espacio para crear una atmósfera llena de magia.
Tras visitar la cocina y la terraza, nos espera otra de las joyas de la casa: el baño. Esta estancia, con cierta influencia art decó, es luminosa y acogedora. En ella, destaca una elegante bañera exenta con patas, que está situada dentro del amplio espacio destinado a la ducha.
En el baño también destaca el mueble del lavabo. “Este mueble es realmente una mesa, odio los muebles de baño hechos a medida, nos gusta más recuperar piezas como esta para darles nueva vida”, señala Rosa.
Lapopie, su nuevo proyecto personal
De vuelta a la cocina, Rosa y Ángel nos hablan de cómo ha sido el paso de su antiguo negocio, Luna d’Herreiz, al que es su nuevo proyecto personal, Lapopie. Ese cambio llega por el deseo de sus propietarios de mezclar decoración y arte floral. “Rosa estudió diseño de interiores, desde muy joven tenía clara su vocación como decoradora”, cuenta Ángel.
El nombre de Lapopie viene motivado por la pasión que sienten por Francia Rosa y Ángel. Ambos la visitan siempre que pueden, y la han recorrido de norte a sur. Para la pareja, uno de los pueblos más bonitos de este país es Saint Cirq Lapopie, y de ahí el nombre de este proyecto que es ya una realidad.
Desde el estudio de la calle María Moliner, junto a la deco para bodas y eventos, desarrollan proyectos de interiorismo y reformas con un concepto de decoración diferente y atrevido, del que su casa particular es su mejor exponente, con ambientes eclécticos, colores vibrantes y muebles recuperados.
Si Rosa tuviera que elegir sus piezas favoritas, esas que siempre la acompañarán, la artista tiene cuadro: El cuadro de Paco Lafarga que tienen en el desván. A la artista también le gustan las cositas pequeñas, pero llenas de guiños y de recuerdos. Como una obra del ilustrador David Vela, que le recuerda a su abuelo. También le gusta mucho el cuadro de su dormitorio en el que aparece uno de sus hijos cuando era pequeñito, “Me gustan mucho los cuadros que reflejan momentos de intimidad”, o el cuadro de Eduardo Lozano que Iñaki le regaló por su cumpleaños.
El rincón y las piezas favoritas
Rosa y Ángel lo tienen claro. Su rincón favorito es el conjunto que forman la cocina y la terraza. “Aquí hacemos vida, desde la mañana a la noche. Es muy luminosa, y a mí me encanta la luz”, explica Rosa. Ángel corrobora, y añade que la terraza da mucho juego, sobre todo, por la noche, cuando refresca y podemos salir a disfrutar del espacio.
Respecto a las piezas que se llevarían de esta casa, o aquellas por las que sienten más cariño, la pareja también coincide: las tinajas, por las que sienten pasión. Las piezas de cerámica y de terracota, la alacena del salón, y las antigüedades, son algunas
Rosa, Ángel, muchísimas gracias por recibirnos en vuestra casa!
Rosa y Ángel, muchísimas gracias por abrirnos las puertas de su casa, y por ese ratito de conversación sobre arte, decoración y tantas cosas más.