Que sí, que sí, que has leído bien. Que tenemos la sandwichera que nos la quitan de las manos. Y como sabemos que no vas a resistirte a semejante ofertón, te proponemos tres recetas para que le saques todo el partido y no te nos atasques en el mixto.
Todas las recetas son súper sencillas y aptas para todos los niveles de cocinitas.
La dulce
Esta receta está inspirada en el sándwich favorito de Elvis y seguro que pronto también el tuyo.
Necesitarás:
- Pan de molde
- Mantequilla
- Un plátano
- Mantequilla de cacahuete
- Miel
- Una pizca de sal gorda
Pon a calentar la sandwichera. Unta una rebanada con mantequilla de cacahuete (o las dos, según lo laminero que seas). Corta el plátano en rodajas y colócalo sobre la mantequilla de cacahuete. Añade una cucharada de miel por encima y una pizca de sal gorda. Cierra el sándwich y unta mantequilla por las dos caras de fuera. Mételo unos minutos en la sandwichera hasta que el pan se tueste a tu gusto y ¡listo!
La healthy
Esta receta es perfecta para todos los que estáis a tope con el gym. Pan de proteínas
- Mantequilla
- Pesto
- Lechuga
- Queso (no hace falta que funda, un parmesano va genial)
- Corazones de alcachofa en conserva
- Un aguacate
Como lleva aguacate y lechuga y queremos que sigan estando frescos y crujientitos en el sándwich, en esta receta utilizaremos la sandwichera sólo para tostar el pan proteico con la mantequilla. Una vez tostado, untamos las caras de dentro con pesto y añadimos el resto de ingredientes al gusto. ¡A disfrutar sin remordimientos!
La sorprendente
Con muy poquitos ingredientes, esta receta te dejará como un auténtico cocinitas delante de las visitas inesperadas.
Necesitarás:
- Pan de molde
- Mantequilla
- Mostaza (a nosotras nos gusta de grano, pero puedes poner la que prefieras)
- Una manzana
- Queso (que funda bien, como un emmental o un comté)
- Opcional: mermelada de cebolla, miel y mostaza
Pon a calentar la sandwichera. Unta las caras interiores del pan con mostaza. Añade las lonchas de queso. Corta la manzana en rodajas muy finitas y colócalas sobre el queso. Cierra el sándwich, unta mantequilla por las dos caras y ¡a la sandiwchera! Vas a flipar con la combinación de sabores.
¡Ya ves que la sandwichera tiene mil millones de posibilidades! ¿Y a ti? ¿Se te ocurre alguna otra receta? ¡Cuéntanos!