Zaragoza, 18:00 horas. Es una de las tardes más frías del año, con una temperatura extremadamente baja y con un viento helador. Pero cuando entras en la casa que Tania tiene en el centro de Zaragoza, entras en calor rápidamente por el ambiente que ella y su familia han creado en esta vivienda, y por el sol que entra por los grandes ventanales, haciéndote olvidar el aire que sopla fuera con fuerza.
Tania De Los Bosques es co-fundadora de Flores Ohana, una empresa que nació en 2019 y que se dedica al mundo de las flores artificiales. Es una gran comunicadora, amante de su familia, de su trabajo, y una emprendedora incansable. Los que la conocen, dicen que es ideopática.
Una casa llena de luz que se abre a la terraza
Tania, su marido Juanjo y su hija de siete años viven en esta casa desde agosto de 2021. La casa es amplia y luminosa. Y sobre todo, transmite paz. Antes de entrar a vivir, realizaron una reforma integral para adaptar la casa a sus gustos y necesidades.
“Teníamos muy claro tanto el estilo como la distribución de la casa, tenía un tablero de Pinterest con más de 1.000 pines de inspiración. Queríamos una casa llena de luz, muy minimalista, suelos porcelánicos imitación madera… Una casa moderna, pero con toques estilo art déco, con tonos claros, dorados. Y también queríamos un concepto abierto para las zonas comunes. Y todas esas ideas las plasmó a la perfección Iguaz t-xpone, una empresa de reformas de Zaragoza”, explica Tania mientras tomamos un café a la luz del cálido sol invernal que entra desde la terraza.
La cocina integrada, protagonista
La gran zona común está conformada por la espectacular cocina, la zona de comedor y la zona de estar. Todo, integrado con una terraza rebajada casi a cota cero para crear ese concepto abierto que marca esta zona de la casa.
La cocina destaca por su diseño moderno en tonos azules en combinación con el blanco de los electrodomésticos, los toques dorados de los tiradores o de la grifería o unos elegantes azulejos de formas geométricas al más puro estilo art déco. Presidiendo el conjunto, una isla de cocina en azul y dorado con la encimera en blanco y un par de lámparas en blanco y latón separan y unen a la vez la cocina de la zona de comedor. En este área destaca también la zona de lavado, creada tras eliminar la puerta de servicio, con lavadora, secadora y un espacio para la ropa.
Al crear una zona común con la cocina integrada, Tania y Juanjo tenían miedo a que faltara espacio de almacenaje: “Veníamos de una casa con cocina cerrada, con mucho mueble para guardar cosas, y temíamos quedarnos cortos en esta casa… Pero al final, resolvimos este problema diseñando este mueble aparador con cajones que pusimos junto al mesa de comedor para guardar vajillas, cristalería, o la cubertería. En la isla de cocina también pensamos en poner una pata volada para hacerla más ligera visualmente, pero al final, y por no perder almacenaje, la hicimos cerrada”, señala Tania.
La habitación en 'suite', la otra joya de la casa
El resto de la casa se articula en torno a un largo pasillo que da a un patio interior. Para evitar el frío de esta pared, se hizo un trasdosado con el fin de no perder calor, y los radiadores están dentro del trasdosado para ocultarlos a la vista. Al fondo del pasillo, y tras atravesar la biblioteca, la habitación y el baño de la hija de Tania y Juanjo, llegamos a la otra joya de la casa: el dormitorio en suite.
Para crear esta habitación se inspiraron en la habitación de un hotel en el que estuvieron durante una boda en Sevilla: “El vestidor está integrado en el dormitorio, con un amplio armario empotrado que llega hasta el techo para Juanjo, situado en un extremo de la habitación, y con mis armarios al otro lado. Ambos tienen tiradores diferentes, y los míos se hicieron ex profeso para esta casa. Por otro lado, no quería cabecero para la cama, y por eso pusimos un papel pintado, floral, como no podía ser de otra manera, con tonos muy cálidos. Entre la cama y mis armarios hay una cómoda de cuando nos fuimos a vivir juntos. La pinté, le puse los pomos, y la colocamos ahí para zonificar y guardar toallas y otras prendas”, señala Tania.
Desde la habitación, se accede a una de las estancias más bonitas de la casa: su cuarto de baño. En el baño privado de la pareja se impone de nuevo el art déco gracias a un precioso papel pintado de formas geométricas. “Este papel pintado lo compramos en una tienda de Suiza, es lavable, y apto para baños y cocinas. En el baño tenía muy claro que quería que el blanco y el negro fueron protagonistas. Además, tampoco quería el típico azulejo blanco con brillo, queríamos algo diferente, y por eso elegimos estas baldosas pequeñas que parecen piedra”.
Una casa llena de flores
Por toda la casa hay flores artificiales que le dan un toque diferente, plasmando así la profesión de Tania. Desde los bambús de la terraza, a los detalles florales que visten las zonas comunes, sin olvidarnos de una llamativa una lámpara revestida de flores que hizo Isabel (madre de Tania y socia creativa y maestra florista de Ohana) y que está situada en la zona de vestidor de la suite.
Ohana significa ‘familia’ en lengua hawaiana, y de ahí surge el nombre de esta pequeña empresa familiar especializada en flor y en planta artificial. La idea de crear esta empresa fue de la hija de Tania: “un día, hablando sobre ideas para crear una empresa, mi hija me propuso crear una floristería con mi madre. Entonces se lo comenté a mi madre, que había trabajado 15 años con flores, y ella me propuso abrir un atelier, pero con flor artificial. Y dicho y hecho. Como tenemos ojo clínico para los negocios, abrimos Ohana un 9 de octubre de 2019, y en marzo de 2020, apenas unos mes después de haber inaugurado la tienda en la calle Princesa, tuvimos que cerrar por la pandemia. Fueron unos meses duros, porque no sabíamos qué pasaría”, explica.
“En medio de esa incertidumbre, preparamos una página web, nos pusimos a diseñar ramos bonitos y alegres para animar esos momentos tan tristes, y empezamos a repartirlos nosotras, porque la gente no quería repartidores por el momento que estábamos viviendo”, prosigue Tania.
Sus clientes son gente que no tiene mano con las plantas naturales, o gente que no tiene tiempo, o que tiene unan segunda vivienda y quieren plantas de calidad para cuando van allí. Centros sanitarios, hospitales y centros estéticos, que necesitan una imagen cuidada y mucha higiene, también están entre sus clientes preferentes. Unos clientes que en estos momentos son mayoritariamente empresas que desean dar un toque verde a sus instalaciones.
Entre sus productos estrella, además de los jardines verticales, está el renting floral. Un servicio que permite a las empresas cambiar de decoración en cada estación. “Es algo que no pudimos hacer en pandemia, y que ahora funciona muy bien”.
Su rincón y las piezas que le acompañarán siempre
Ante la pregunta que hacemos siempre sobre los rincones de la casa en los que más a gusto está, Tania lo tiene claro. En primer lugar, la coqueta terraza que se abre al salón y que tanta luminosidad aporta a la gran zona común. Tras la terraza, su otro rincón favorito es la chaise longue de la zona de estar (también con vistas a la terraza). “Los domingos por la mañana cae todo el sol a eso de las 9,30 o las 10:00, y es una maravilla estar sentada ahí”.
Respecto a lo que se llevaría a otra casa en caso de hacer una mudanza, Tania explica que “no tengo mucho apego por las cosas materiales. Tan solo se llevaría “las cenizas de mi hijo, que las tengo guardadas en una pequeña urna. Pero del resto de la casa, no me llevaría nada, porque como te he dicho, no soy de tener apego a las cosas”.
Y mientras el sol comienza a ponerse entre los tejados de Zaragoza, ponemos el punto y final a la visita para elaborar este reportaje. Tania, muchísimas gracias por abrirnos las puertas de vuestra casa ¡Ha sido un placer tomar ese café al sol invernal!
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Las fotos de este reportaje son de Begoña Simón @bego_simon
Sigue a Tania en IG en @flores.ohana