Me gustan las casas que tienen nombre, porque son casas cálidas y con vida propia. Casas que evolucionan, y en las que siempre pasan cosas interesantes. Ese es el caso de la Casa Blanca, la casa de la actriz, directora y productora teatral Blanca Resano. Blanca, cuando invita a su familia o a sus amigos, siempre les dice ‘os espero en la Casa Blanca’.
Blanca es una mujer de teatro, y eso se nota en la charla distendida que tenemos, y en la propia casa, repleta de guiños al mundo escénico. “Me dedico al teatro profesionalmente desde hace 30 años. Empecé como actriz, trabajé en varias compañías profesionales, y lo he combinado con la enseñanza desde que entré en la Escuela Municipal de Teatro donde llevo 16 años de profesora, y como directora, y productora teatral”.
Mientras habla en el que es su rincón favorito, Blanca, que también es Académica de las Artes Escénicas de España, transmite esa pasión por su profesión con una dicción perfecta: “Desde chiquitina quería ser actriz, y cuando mis compañeros optaron por irse a estudiar una carrera al acabar el BUP, yo me fui directa a la escuela de teatro, y cuando acabé no paré de trabajar, ya que enseguida me ficharon como actriz en diferentes proyectos”.
Blanca se describe como creadora. Algo que es un pequeño problema porque al margen de la parte bonita, la creativa, todo eso hay que convertirlo en realidad “Detrás de cualquier proyecto siempre hay un proceso muy desestabilizador con cosas que poco tienen que ver con la creación, como es la financiación de los proyectos’, explica la directora y productora teatral.
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Una casa para reformar llena de luz
Blanca lleva en esta casa dos años. Tras vivir en la cercana calle Doctor Palomar, estaba buscando nueva casa en otros barrios de la ciudad. Y por casualidad, pasó por la que es su actual calle, en la zona de Heroísmo, y se encontró con el que sería su hogar. “Buscaba una casa nueva, reformada, pero me encontré con este piso abandonado, que necesitaba una reforma integral, y me quedé con él!.
En esa reforma transformó la casa para hacerla suya, renovando las instalaciones, tiró el tabique que separaba la zona de estar de la cocina para crear un espacio multifuncional de día siguiendo los consejos de un buen amigo, César Serrano… y llenó la casa de luz al elegir el blanco como color predominante en las paredes, en los muebles, o en los azulejos metro de la cocina.
‘Es curioso, porque me vengo a vivir aquí el 1 de enero de 2020, y en marzo, nos encierran por la pandemia. Y lo que de primeras iba a ser un centro de encuentro, porque iba a festejar que tenía casa nueva, pues me quedé yo sola y esto fue mi refugio”, explica Blanca.
“Para mí es mi santuario, yo en casa estoy en paz, un lugar tranquilo para crear. Todo el montaje de La Margarita de Federico, mi última obra con mis socios Chati Calvo y Paco Sevilla, de Producciones D3, se gestó aquí durante la pandemia. En este salón trabajé en coordinación con Yolanda Gil, luego con Noelia Gracia y Jesús Ortiz en la composición musical, en esa mesa con Susana Martínez trabajé la dramaturgia, también con los ayudantes de dirección, también hicimos aquí las primeras lecturas…”
Pese a las dificultades impuestas por la COVID, y aunque parecía imposible por la situación, la obra se estrenó en noviembre de 2019, con el 25% del aforo del Teatro Principal a causa de la pandemia. De hecho, Blanca se lamenta que por esa circunstancia, los zaragozanos apenas pudieron disfrutar de un espectáculo como este.
El teatro, muy presente en la Casa Blanca
“Como ves, me gustan mucho los cuadros y las fotografías. Esos posters situados me acompañan desde hace mucho tiempo. Ese por ejemplo, de Hamlet, lo compré en Londres hace muchos años, cuando fui al Globe Theatre, muy relacionado con Shakespeare. Soy una apasionada de Shakespeare, toda esa estantería de ahí es de libros y cosas que hablan de él”.
La casa está llena de posters y fotos relacionadas con el teatro
En la composición de fotos y posters destaca una imagen de Las Bernardas, una obra que estrenó en 2001 con gran éxito y que fue su primer montaje como directora. También podemos ver a la diosa Talia, inspiración total para una mujer de teatro como Blanca, o una foto de cuando recibió el premio a Mejor Actriz FETEN 2002, obtenido por Blanca por la obra ‘A lo lejos veo un sueño’. También destaca una preciosa foto de la fachada del Teatro Principal de Zaragoza, un teatro que es su fundamento. ‘Estoy muy agradecida, como ves, tengo una foto del Teatro Principal de los años 20. Allí me he sentido siempre como en mi segunda casa. Cuando te vas del Principal, siempre te preguntas cuándo volveré, y luego voy volviendo, porque todos los años tengo algo en este teatro’, señala la directora y productora aragonesa.
En ese momento, mientras observamos esa fotografía del teatro, volvemos a hablar del público que acude a las representaciones, y de la situación del teatro en nuestra Comunidad. ‘El público zaragozano cae rendido, ama el teatro. Pero Aragón es una tierra dura. La gestión cultural es costosa en esta tierra, somos muy recibidores y anfitriones con lo que viene, pero somos duros con los de aquí. Por mi experiencia cuando he trabajado fuera, en otras Comunidades hay un entendimiento diferente sobre lo importante que es cuidar el producto interior. Hay que entender que en Aragón hay gente que hace las cosas muy bien hechas, con mucha profesionalidad y mucho esfuerzo. Y eso debe estar respaldado por las instituciones aragonesas”.
A continuación, Blanca Resano lanza una interesante reflexión: “Parece que todo debe gestionarse en el presente, y una cosa que tiene la cultura es que hay que cuidar a los que llevan tiempo, a los que están ahora en el momento, y los que van a venir después. Otras Comunidades nos llevan años luz en todo esto del proceso de la cultura. Hay que establecer un proceso para el desarrollo, para la creación cultural”.
Además de los pósters y las fotografías relacionadas con el teatro, Blanca tiene fotografías de amigos y familias por toda la casa. En el salón, en el dormitorio… ‘Todas esas fotos y posters me acompañan siempre que me muevo de casa. No me gusta perderles de vista, son como mi referencia.’
En el salón, plagado de toques dorados que dan brillo al blanco predominante, hay también una lámina de Simonetta, de Botticelli, y una fotografía de María Callas, en contraposición de unas láminas más modernas de animales con un punto teatrero y circense. También destaca un precioso cuadro de la pintora aragonesa Lina Vila.
El despacho
En su despacho también en blanco, además de sus múltiples fotografías de familiares y amigos, o imágenes de Nuria Espert, de Blanca Portillo, de la Ópera de París… También hay figuras de Playmobil por toda la estancia (son una de las pasiones de Blanca). En la librería que hay delante del escritorio, destaca una zona con libros de Lorca (otra de sus pasiones), otra de libros que tienen que ver con mujeres…
El resto de la casa
Si la casa se llama ‘La Casa Blanca’, la terraza también tiene nombre: El jardín de Simón, ya que así llama a un mono que decora la terraza, entre flores y plantas que despuntarán próximamente en cuanto llegue la primavera. La terraza se abre al salón, y además de ser punto neurálgico de la casa en las noches de verano, supuso un respiro importante para Blanca durante el confinamiento que nos encerró a todos en marzo de 2020.
Además, La Casa Blanca tiene dos dormitorios. El primero de ellos, el dormitorio principal, es su mausoleo, un lugar que a Blanca Resano le da mucha paz. El papel pintado y la funda nórdica tropical, junto con las fotos de familiares y amigos que vuelven a estar presentes en el espacio, contribuyen a generar ese estado de bienestar y calma.
Su espacio y sus piezas favoritas
Cuando le preguntamos a Blanca por su rincón favorito, lo tiene claro: el sillón que hay junto a la terraza, allí me pongo a leer. Y por la noche, el sofá para ver en la televisión alguna serie. Además, me gusta mucho encender alguna vela en ese momento’.
Y a la hora de elegir qué elementos de su casa le acompañarán siempre, Blanca también lo tiene claro: Mis fotos me acompañan siempre, porque son mi vida. Y quizás, los libros de Shakespeare que he ido adquiriendo desde hace años, ya que además de mi pasión por él, algunos son muy difíciles de conseguir’.
Blanca, muchas gracias por abrirnos las puertas de tu casa blanca. Ha sido un auténtico placer charlar contigo ¡Nos vemos muy pronto en el teatro!