Óscar Castañares, @ocasguerra en Instagram, es tripulante de cabina en una línea aérea y coordinador de eventos. Y vive en una casa muy cerca del Palacio Real de Madrid.
De entrada: cuatro claves deco
- Define el estilo de tu casa. Confortable y acogedora, una casa muy yo.
- ¿Lo mejor de tu casa? la luz, la armonía, y serenidad y la tranquilidad que me aporta.
- ¿Tu color favorito para decorar? Negro, verde y azul
- ¿Qué piezas no entrarían nunca en tu casa? Cabezas de animales disecados, y llenar la casa de elementos tecnológicos. Me gusta la tecnología, pero valoro más la armonía en casa.
Una casa que transmite paz en el centro de Madrid
En un día gris y nuboso nos acercamos hasta el Barrio Imperial de Madrid para conocer la casa de Óscar Castañares. Este barrio, situado a pocos metros del Palacio Real, y entre el Manzanares y la Ronda de Segovia, es una zona residencial tranquila y silenciosa, pese a estar a a 15 minutos andando de las zonas más céntricas de la capital.
Y eso es precisamente lo que le gustó de esta zona al propietario de la casa que vamos a visitar hoy. La casa es luminosa gracias a sus grandes ventanales. Incluso un día de cielos cubiertos, la luz entra por el ventanal.
Sentados en el sofá rojo que da el toque de color al salón, Óscar nos explica que tiene la casa desde hace 24 años, aunque vive en ella desde hace unos 15 o 16 años. “Estoy encantado con la casa, aunque es algo pequeña. Pero la verdad es que sacrifico el tamaño por la zona. Me gusta mucho el barrio, el barrio imperial. Está al lado de Puerta de Toledo, a un paso andando de todo porque estoy a un cuarto de hora del centro, pero con la tranquilidad de estar en una zona residencial. Es una zona muy silenciosa”.
A nuestro protagonista de hoy no le gusta mucho la distorsión y la variedad de colores, ya que busca una gama cromática que invita a relajarse. “Trabajo viajando, y cuando llego a casa me gusta la armonía. Estos colores me transmiten paz, me hacen sentir bien. A lo mejor a otra persona le aburre esta decoración, pero a mí es lo que me da tranquilidad. Al final, cuando montas una casa, tienes que pensar en ti, en tus gustos y en lo que te hace sentir bien, y no pensar en modas, o en los gustos de los demás”, prosigue Óscar.
Un salón lleno de libros
En el salón el mobiliario es eminentemente moderno, con un gran armario negro sobre el que hay dos piezas de Fornasetti, unas meninas colgadas en la pared sobre el sofá rojo, una cortina de lamas verticales para garantizar la privacidad y controlar la entrada de luz, una mesa de centro transparente para ampliar visualmente el espacio. Flores y velas para dar un toque de calidez sobre la mesa de centro, que está pegada a la ventana.
En la estancia destaca la gran presencia de libros. “Tengo muchos libros porque me gusta mucho la lectura. Me gustan los libros de arte… Muchos son de exposiciones en las que he estado. Y también tengo muchas novelas que me han acompañado a lo largo de mi vida. En casa de mis padres tengo muchos libros más”.
Los dos trabajos que Óscar compatibiliza tienen que ver con los viajes. Y aunque ha visitado más de 70 países, lo cierto es que no tiene recuerdos y objetos de los países que ha visitado, salvo un pequeño altar de muertos mexicanos. “No me gusta tener recuerdos de esos países, no tengo demasiado apego a las cosas”, explica Óscar.
Aunque no tiene recuerdos de los países que ha visitado, en su casa sí que hay algunas referencias a su pasión por viajar. En el salón tiene aviones, una vespa y un mini en miniatura, además de varios globos terráqueos. “Me gustan los globos, de hecho tengo otro par que tengo que recuperar; uno de ellas es de cuando era pequeño. Siempre he querido viajar, he hecho de mi vida un viaje. Es un guiño a esa parte de cuando era pequeño y deseaba conocer, hacer escapadas y saber dónde iba, dónde estaban las cosas”.
Aquel sueño de Óscar de cuando era niño se ha convertido en realidad. “Trabajo como tripulante de cabina de pasajeros de Iberia. Llevo 25 años volando, desde 2004 vuelo con Iberia a destinos de largo radio, como Buenos Aires, Santiago, Lima, Nueva York, La Habana, Santo Domingo o Dakar. Y a la vez, lo compagino como coordinador de eventos, reuniones de trabajo, congresos, viajes… Por eso digo que he hecho de mi vida un viaje”.
Óscar afirma que esa vida nómada es dura. Aun así, y pese a que a veces no apetece viajar, o que te toca salir de casa en Nochebuena a las 10 de la noche para recorrer medio mundo, se siente feliz con tanto viaje. “Los dos trabajos me aportan muchísimo, y los dos se retroalimentan mutuamente. Estoy en continuo trato con gente. Me gusta cuidar a los demás, hacerlos sentir bien, como si los recibiera en mi casa. Y es un poco en lo que consisten los dos trabajos, en que todo vaya bien, en hacer sentir al otro bien, y hacer la vida más fácil a las personas”.
Frente a lo negativo que puede ser pasar poco tiempo en casa, el hecho de viajar le permite descubrir las ciudades con mucha tranquilidad ya que sabe que va a volver, y hacer cosas que en un viaje normal de turismo no se suelen hacer. “Si vas por primera vez a Nueva York, vas a ver lo principal, y te dejas mucho por ver. Volando por trabajo y sabiendo que regresarás, te permite disfrutar de pequeñas cosas que de otra forma es imposible conocer. Estar al día de este sitio nuevo que han abierto, esta exposición temporal, este montaje en tal sitio… Cosas que harías en tu ciudad, pero que puedes hacer en otras ciudades del mundo. Y eso es muy reconfortante, en estas ciudades te sientes un poco como si fueras habitante de ellas“.
En su otro trabajo, como coordinador de eventos, realiza desde presentaciones de producto a congresos y reuniones de farmacéuticas, reuniones de banca. “Este trabajo me permite estar presente en eventos muy especiales, desde una entrega de premios en una empresa de automoción que a lo mejor se ha hecho en el Teatro Real de Madrid, donde se ha montado una mesa en el escenario, se ha hecho un maridaje de música, comida, bebida… a una cena en Petra a la luz de las velas, aterrizar con un helicóptero en un glaciar o rodeado de obras de arte en el museo de arte de una ciudad…”.
Para acabar
Tu rincón favorito: El salón, por la luz que tiene. Me gusta escuchar música, leer, y estar tumbado en el sofá. Mi habitación también es muy acogedora. Por mi trabajo duermo en muchas camas, y la verdad es que tener tu colchón, tu almohada y tus sábanas, es una sensación muy agradable.
Tus piezas favoritas. Mis libros, una cómoda de mi habitación, porque cuando la compré era un momento muy especial, me ha acompañado dos veces. Y la verdad es que podría prescindir de casi todo, porque sería imposible llevar la vida que llevo si tuviera mucho apego a las cosas.
Óscar, muchas gracias por abrirnos las puertas de tu casa y dejarnos conocerte un poquito más.
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