Amante del arte, de las cosas bonitas, y con una amplia trayectoria profesional a sus espaldas, Paula Serrano @paulaurelia es una mujer con una extraordinaria sensibilidad, además de ser una de las grandes expertas en comunicación textil de nuestro país.
De entrada: cuatro claves deco
- Define el estilo de tu casa. Es complicado encontrar una respuesta a esta pregunta, porque no tiene un estilo definido, a no ser que ese sea el estilo. Es un poco ecléctico, hay una mezcla de todo.
- ¿Lo mejor de tu casa? Los balcones son la joya de la casa. Me parecen tan madrileños y tan auténticos. No los cambiaría.
- ¿Tu color favorito para decorar? El amarillo cadmio me gusta mucho, mezclado don toques de turquesa. Me lo encuentro en distintos sitios de la casa, y yo creo que lo hago sin querer.
- ¿Qué piezas no entrarían nunca en tu casa? Un trofeo de caza, es que me chirría, no me parece que decore, y me causa cierto rechazo.
A nivel más práctico, soy incapaz de comprar un robot de limpieza como el roomba.
Una casa ecléctica en el Barrio de las Letras
El Barrio de Las Letras, uno de los más bonitos de Madrid, es ya un habitual de esta sección del Blog de zerca!. Pasear por sus calles y plazas descubriendo tiendas, galerías de arte o restaurantes siempre es un placer. Y tras sus características fachadas, se esconden casas fascinantes. De momento, hemos visitado las casas de José Santamaría y Pedro Carrillo, la de Jesús Muñoz Tirado, y la de Jorge Luis Obando.
Hoy, repetimos experiencia en el barrio de la mano de Paula Serrano, experta en comunicación y creatividad que tiene una agencia de comunicación especializada en firmas de decoración. Para las personas que no la conozcáis, Paula es una persona llena de creatividad, y sobre todo, de gran sensibilidad que disfrutar de los detalles y de esas pequeñas cosas que suelen pasar desapercibidas para el resto del mundo.
Paula vive en uno de esos edificios que conservan todo el sabor de este barrio del centro de Madrid. La visitamos en un día lluvioso en el que llueve a mares. Tras llamar a la puerta, Paula nos abre y nos recibe junto a su perrita Luna con esa sonrisa tímida y cálida a la vez que la caracteriza. Allí, comienza el recorrido por una casa repleta de arte y de piezas únicas que esta experta en comunicación nos va describiendo con auténtica pasión. Paula es una coleccionista de cosas que transmiten algo, de piezas únicas, de muebles y objetos deco que ha heredado, o que ha ido encontrando en el rastro, en tiendas, en sus viajes, o en contenedores. Y eso, marca el carácter de esta vivienda tan especial.
Una casa con balcones y mucho mueble heredado
Hace 22, por un giro en mi vida busqué un piso en el centro de Madrid, yo venía de las afueras, y un amigo me localizó esta casa, y nada más entrar, me enamoré. Tenía muy claro que quería una casa antigua, con balcones, y en una zona que me gustase, como el barrio de Las Letras. Y esa fue la ocasión”, nos explica.
Uno de los motivos por los que Paula se enamoró de la causa fue los balcones del salón. “Estos balcones son los auténticos, y he hecho todo lo posible por conservarlos. Me gusta mucho la forja, y lo bien pensados que estaban los ventanales, con los fraileros de persianas, como tamizan la luz, cómo regulan la temperatura… me encanta. Y eso lo he mantenido, incluso he encontrado un sistema para aislar la ventana sin tener que cambiarlo mediante una especie de burlete metálico que lo instala una empresa artesana, y que ha sido increíble, porque me ha eliminado todo el ruido y el frío”.
Dejando de lado las ventanas, y centrándonos en el interiorismo, Paula reconoce que en la casa no hay ninguna intención de decoración, ya que han ido llegando muebles de distintos sitios. “Nada va con nada, nada tiene intención de combinar”, pero en cambio, todo encaja en el ambiente general de la vivienda.
“Los muebles más espectaculares vienen de casa de mis padrinos. Tenían un chalet en Arturo Soria, decorado de los años 50 y con un decorador que les hizo las cosas para ellos por encargo, y rescaté muchos muebles de allí. Nunca me he desecho de ellos, yo creo que he buscado una casa donde encajarlos. Por ejemplo, esta mesa grande, las butacas…”
“De otra casa me vino esa butaca que tiene como una talla de madera muy barroca, son cosas buenas, bonitas, cada una con su estilo.
Una de mis piezas favoritas es esta mesa que viene de casa de mis padrinos. Hace poco en una exposición de Pedro Feduchi, “El Afán Moderno”, vi unas muy similares, y apunté los autores porque estoy casi segura de que son de ellos” prosigue Paula.
En la casa también hay un armario escondido, un precioso mueble bar en el que se guardar la vajilla. Pala está casi segura de que este mueble de talla de madera es de Rafael García, un decorador que tenía una famosa tienda en la Puerta de Alcalá y que trabajó con artesanos en los años 50.
Durante la conversación Paula reconocer que tiene un pequeño problema con la acumulación. “Van llegando a mí objetos, y también yo los cojo. Soy una enamorada del Rastro, y eso que intento no ir, porque siempre que me paso por allí, vuelvo con algo aunque no quiera. Al final siempre encuentro algo, el ojo se me va y cuando veo algo que me gusta, necesito tenerlo”.
Sobre la mesa del salón destaca una espectacular casa de muñecas que Paula se encontró en la calle. “Estaba junto al contenedor, con una cajita pequeña con todos los muebles. Está claro que la persona que la dejó allí quería que alguien se la llevara. Al verla, me pareció preciosa, y coincidió además que mis dos ahijadas tenían la edad adecuada para disfrutar de ella. La casa ha sido un imán para ellas, porque venir a casa de la madrina y poder jugar con esta casa, o con otros juegos que nos hemos inventado, era una fiesta. Yo pensaba que esta casa iba a ser una casa de mayores, y en cambio les encanta porque les estimula, quieren venir a casa de la madrina, y yo me lo paso pipa con ellas. La casa de muñecas al final ahí se ha quedado, porque es un juguete, pero también creo que tiene mucho que ver con mi profesión, porque es una casa a decorar. Incluso han entrado ahí muestras de telas con las que trabajo”.
Cada objeto tiene su historia
Paula es una persona con una extraordinaria sensibilidad. Se nota en los tesoros que acumula, y en la cantidad de libros que tiene en casa. “Tengo muchos libros porque me gusta leer, hay tantas cosas interesantes para leer, que me niego a estar viendo solo redes sociales. Los que me gustan los guardo, no los doy.
Además de libros, en la casa de Paula hay mucho arte, ya que es una de sus grandes pasiones. En su cuenta de Instagram @paulaurelia, además de mostrar novedades textiles, suele descubrirnos pequeñas maravillas que encuentra en las galerías de arte que visita, y que no suelen aparecer en los grandes medios.
Y su casa, es como un pequeño museo “Me gusta el arte, me emociono con las exposiciones. Por suerte en Madrid hay muchos museos, pero también hay muchas galerías interesantes. Y cuando encuentro algo que no está en las noticias y que me ha llamado la atención, pues me gusta publicarlo en mis redes. Instagram es un poco una memoria de las cosas que me han ido gustando. Además, muchos amigos y conocidos míos son artistas, por lo que tengo obra de ellos. Cuando hacen exposiciones, me da cosa no tener algo de lo que han hecho”.
De esta manera, en las paredes de su casa hay obras de muchos autores. Como ejemplo, un cuadro de grandes dimensiones que parece presidir el salón. “Es un cuadro un poco oscuro, de una persona muy querida, Javier del Juan. Es un cuadro icónico de la Movida, estuvo expuesto en la galería Moriarty, y su pareja está en el Conde Duque. Yo convivo con él, y le da mucha personalidad a esa pared”.
Paula coincide con una opinión que tienen muchos de los protagonistas que han ido pasando por esta sección. “Me gustaría mucho tener la posibilidad de ir sacando o guardando los cuadros que tengo, para ir cambiándolos dependiendo de mi estado de ánimo”:
Junto a la obra de gran formato de Javier del Juan, hay obras de pintores como Javier Pagola, del fotógrafo Jaime Gorospe, Eduardo Vega de Seoane, Carlos García Alix, Andrea Bloise, Damián Flores…
También tiene una obra del pintor australiano Max Berry, un artista “que descubrí en la galería My name’s Lolita que me encanta, tiene un tipo de pintura muy interesante”.
Junto a la chimenea, cuelga una obra de César Fernández Arias, un artista que falleció hace pocos meses, famoso, entre otras muchas cosas, por dar cursos para niños en el Círculo de Bellas Artes. De este artista Paula tiene más obras por la casa, como unos troqueles “que tienen mucho sentido del humor, siempre con mensaje…”.
Por toda la casa también hay obras de Angie Icart, “una amiga pintora, muy vinculada a todos estos artistas, que estudió conmigo diseño, y a la que sigo”.
Los textiles, protagonistas
Teniendo en cuenta que Paula se dedica a comunicar las novedades textiles, es normal que estos tengan mucho protagonismo en su casa. Sobre todo, a la hora de poner el toque de color. Paula reconoce que le cuesta elegir las telas: “Trabajo con ellas, son mi pasión, y mi nexo entre lo que estudié, diseño de moda, y las telas. Estuve en comunicación de moda mucho tiempo, he diseñado también colecciones de bolsos, de ropa, pero al final acabé en decoración, y es curioso porque el vínculo entre estas dos facetas de mi vida ha sido la tela, tanto en textil como en decoración”.
“El textil es algo muy ligado a nosotros desde siempre, algo que ha variado muy poco tanto en su composición como en la forma de fabricar. Las telas es algo que hay que poner en valor, ya que nos proporcionan mucho confort en casa. Además, yo creo que las telas son un lienzo donde expresas cosas. No digo que sea arte, pero para mí, la gente que diseña textiles está eligiendo un formato para expresarse”.
Los textiles son los protagonistas de la vida profesional de Paula en este momento. Pero no siempre fue así: “Estudié diseño de moda, soy una persona bastante creativa, encontré trabajo en comunicación de moda en una agencia, y eso me llevó luego a la decoración. He trabajado siempre en comunicación, lo que me ha permitido conocer muchas formas de hacer de muchas firmas distintas. Disfruto con lo que cuenta, suelen ser firmas que hacen colecciones muy bonitas, sobre todo de textiles”. Entre esas firmas, destacan especialmente Pepe Peñalver, Lizzo y Alhambra, tres editores textiles españoles de primera línea que trabajan a nivel internacional.
“Creo que soy bastante honesta con las cosas que cuento. Cuento las cosas que me gustan, no puedo transmitir cosas que no siento, y eso al final te da un tipo de credibilidad con los demás. Llevo casi 15 años en esto. Mi trabajo en comunicación es tanto a nivel creaciones escribiendo notas de prensa, o describiendo las colecciones, contando lo que quieres transmitir, como a nivel de estilismo. Entonces estoy en contacto con todas las estilistas que hacen producciones para las revistas, el contacto con ellas es muy creativo, porque te preguntan, te piden consejo, colaboras con ellas de alguna forma. Me gusta mucho, yo trabajo freelance, pero estoy muchos años con ellos, se crea un vínculo muy fuerte con las empresas, pero al final, el vínculo mayor lo tengo con los periodistas y con las estilitas. Al final, el mundo de la decoración en Madrid, y en España, es como una gran familia. He creado amistades que van más allá del trabajo”.
Pero además de contar la creatividad que generan las empresas para las que trabaja, Paula también pone en práctica su propia creatividad. No en vano, hace tres años creó una colección de telas para Pepe Peñalver.
¡Inspírate con nuestra selección de productos!
El recibidor
En el recibidor destaca una preciosa butaca que Paula ha tapizado con Jonathan Adler. La cortina también destaca especialmente: “Esta tela es lo último que ha entrado en casa, es de Josef Frank, un diseñador de los años 30, la compré en Svenskt Teen, una preciosa tienda de Estocolmo. Este señor diseñó estas telas en los años 30, y como ves, es un diseño de plena actualidad. Viéndola allí me surgió la necesidad de traérmela a casa, y una vez aquí, decidí no coserla, para conservar la firma del creado. Para mí esto no es un lienzo, es una cortina. Da un toque de color al espacio”. En el recibidor hay otra foto de Jaime Gorospe, además de una casita que es una escultura de Florentino Díaz, ”un pintor y escultor que me gusta mucho”
El dormitorio, con cojines y cortinas de la colección creada por Paula
El dormitorio es recogido y acogedor… Las telas, los objetos deco, las obras de arte… “todo tiene su cosa. Los cojines y las cortinas están hechos con las telas de Play Time, la colección que diseñé hace tres años para Pepe Peñalver. La manta la localicé en Instagram a través de Patricia Espinosa de los Monteros, que hablaba de un artesano creo que del Bierzo que ha conservado la maquinaria de su familia, y hace mantas de lana. E, en Madrid se pueden conseguir en una tienda del Rastro, y me la regalé las navidades pasadas. Son esas cosas de las que te enamoras y quieres tener en casa”.
En la pared que hay frente a la cama, Paula tiene otra pequeña galería que Paula tiene repleta de piezas pequeñas que le gusta mirar cuando se va a dormir. “Todos los objetos son recuerdo de algo. De cada sitio intento traerme mi souvenir particular”.
La cocina, uno de los lugares más vividos de la casa
La cocina, situada al fondo de la casa, “es interior como en todos los pisos de Madrid. Es muy acogedora, y hago mucha vida en esta mesa, ya que es muy luminosa. Por la mañana desayuno, redesayuno, leo la prensa, aquí estoy muy a gusto… también me gusta para estudiar o para trabajar”.
“La cocina no es nada moderna. Hace pocos años tuvieron que cambiar las vigas del techo y del suelo, y mi obsesión era recuperar los mismos muebles y los mismos azulejos. Me da mucha pena tirar las cosas que están bien, me gusta que las cosas vayan cogiendo su sabor, como habrás podido comprobar, no me gustan las cosas asépticas”, prosigue Paula.
En la cocina tiene uno de los objetos que más le gusta mirar a Paula, un mapa de tres dimensiones de la sierra de Guadarrama. “Ahora voy mucho a Segovia.,. me gusta ver cómo se divide la sierra, la zona de Lozoya… situarme donde estoy, a dónde voy a ir… Me gusta tenerlo delante cuando desayuno. Y cuando me voy a Segovia todo el verano, me lo llevo, para ver los pasos de la sierra, las caídas de agua…”
Cuáles son los rincones y las piezas favoritas de Paula
De vuelta al salón, y ya sentados en el sofá vigilados por el cuadro de formato XXL de Javier del Juan, preguntamos a Paula por esos rincones preferidos de la casa, esos lugares en los que pasa más tiempo, o en los que está más a gusto. Paula lo tiene claro. El primer lugar que menciona es la mesa de la cocina, donde como ya nos ha comentado, le gusta desayunar y leer la prensa.
En este listado también aparece su dormitorio, y en concreto, la pequeña galería de arte que tiene frente a la cama “Me gusta acostarme con la luz encendida y contemplar un rato esas cosas que e dan felicidad”. También menciona una butaca del salón para leer la prensa, y el sofá.
Respecto a esas piezas que siempre le acompañarán, Paula se pone pensativa… “Los objetos me transmiten emociones, me gusta tocarlos, me gusta lo que cuentan… ese jarrón por ejemplo era de mi madrina, tengo varios libros de textiles preferidos, pero el libro de Morris, de la exposición que se celebró en la Juan March, y voy muchas veces a él. Me gusta, tienen que ver con la estética que me gusta y que busco”.
También menciona algunos cuadros pequeños, “posiblemente el retrato de Lina, porque así estaría toda la vida conmigo”, una mesita de mosaicos que tiene en el salón, y “a lo mejor, me llevaría la casita de muñecas por el valor sentimental. Sería incapaz de tirarla, si algún día la tiro, la pondría junto al contenedor con un cartel para que la disfruten otros niños”.