Cuando atraviesas las puertas de una casa, en pocos segundos puedes saber mucho de las personas que viven allí. Los muebles, los colores, el orden, los detalles (o la falta de ellos), nos cuentan muchas cosas. Y la primera impresión que recibo nada más atravesar las puertas de la casa de la interiorista Pilar Cinca es una sensación de calidez y de un gusto por los detalles que hacen que la vida y que el día a día sea especial.
En este caso, la presencia de flores, las llamas que tintinean en distintos rincones del salón, y la acertada mezcla de colores y mobiliario, ofrecen una agradable calidez que da carácter a una casa creada para ser vivida.
En esta casa del centro de Zaragoza viven Pilar Cinca, creadora de Punto y Seguido, su marido, Kiko, y sus dos hijos, Blanca y Jorge. El piso tiene 130 m2, y es el hogar de esta familia desde hace seis años. “Al llegar, hicimos una reforma integral para adaptar la casa a nuestros gustos y a nuestras necesidades. Inicialmente, la vivienda tenía un gran distribuidor y un salón dividido en dos estancias de 30 m2, a continuación estaba la cocina, no muy grande y que tenía un baño dentro, y un larguísimo pasillo que llevaba a los dormitorios” nos explica Pilar mientras nos enseña el espacio que nos encontramos nada más acceder a la vivienda.
Un gran espacio abierto, centro de la vida familiar
Ahora, tras la reforma, “se entra en casa directamente al salón, ya que suprimimos el recibidor. Parte del espacio del antiguo recibidor se lo dimos a la cocina, y el resto al salón. Queríamos un espacio abierto, porque dan mucha amplitud. Y también queríamos una cocina grande y cálida para vivirla, una cocina que fuera una continuación del salón”, señala Pilar.
La casa es clásica, pero atemporal, y “con un toque especial. Cuando vienen amigos, se fijan en detalles como el toque negro que salpica muchos rincones de la casa… detalles que llaman la atención”, explica Pilar. La mayor parte de los muebles los trajeron de su antigua casa, “muchos tendrán 15 años, pero siguen estando de actualidad. Los aprovechamos todos. Y también hemos reaprovechado algunos complementos que ya estaban en este piso. Y luego, muchos muebles son de Baldaquino, de Carmina Sanz. Es una casa que lleva bien el paso de los años”.
Entre los muebles más llamativos, destaca una preciosa alacena que preside la zona de comedor. En la zona de estar, dos cómodos sofás en tonos claros, un cuadro de Carmen González y una alfombra blanca (algo súper extraño en una casa con niños), marcan el ambiente, entre flores, velas y detalles dorados. Entre estos detalles, destaca por ejemplo una estantería dorada que ya estaba en la casa y que hoy luce esplendorosa en un rincón entre los sofás del salón.
Respecto a las flores, se nota la importancia que Pilar les da para crear una atmósfera agradable “Me gusta tener flores en casa en cualquier momento, pero sobre todo, cuando vienen amigos, y más ahora que ha llegado la primavera. Entre mis flores preferidas están los tulipanes, y también me gusta mucho combinar flor fresca y preservada. Por ejemplo, este eucalipto que hay en la cocina es preservado, de de Paula, de Azul Cobalto. También soy muy de velas, de probar aromas, distintas marcas… Me relajan mucho y me gusta el ambiente que crean”, continúa Pilar.
El gran espacio común se completa con una pequeña zona de trabajo situada cerca de la ventana. Allí, Pilar tiene su ordenador, sus muestras… “Cuando tenga que trabajar estoy aquí muy a gusto”, sonríe Pilar mientras contempla cómo entra la luz por las ventanas.
La cocina, el corazón de la casa
La última zona que conforma la zona de día es la cocina, abierta al salón para garantizar la conectividad visual y permitir la entrada de la luz desde las ventanas que dan a la calle para iluminar esta zona, algo más oscura. Para tener cierta independencia, pero manteniendo la continuidad visual, se apostó por instalar entre el salón y la cocina un separador de hierro negro con cuarterones que nunca se ha llegado a cerrar del todo. Así, la cocina es como una continuación del salón.
La cocina combina paredes pintadas y alicatadas para dar movimiento y ofrecer una imagen diferente “No me gusta que esté todo alicatado, y por eso parte de las paredes están pintadas. Y luego, el zócalo que recorre la pared que comunica el salón con el pasillo y los dormitorios son puertas de antiguos muebles que había en esta casa. Las desmontamos, pintamos y las aprovechamos aquí”, explica Pilar.
Con este diseño, no nos extraña nada que la cocina sea el corazón de la casa: “Es un sitio donde hacemos mucha vida. Si vienen amigos, pues estamos tomando un vinito mientras cocinamos, antes de salir a comer al salón. Aquí también comen los niños, o hacen los deberes. Es una cocina muy vivida”.
En la cocina destaca una columna situada casi en el centro de la estancia. “Había dos bajantes. Una, está oculta en esa falsa columna. Como no podíamos tocarla, la tratamos y la pintamos de negro como las vigas, las ventanas o el separador de hierro, dando continuidad y coherencia al espacio. La otra bajante estaba en una esquina, y aprovechamos para ocultarla con una pizarra”.
La zona de noche
Desde la cocina se accede a la zona de noche de la casa mediante una puerta de metal negra y cristal con el mismo conjunto de cuarterones que la divisoria del salón. Así, se logra mantener la conexión visual. Nada más traspasar la puerta, nos encontramos con el baño de los niños y para los invitados. “En lugar que hoy ocupa este baño, antes había una habitación. Pero por tema de bajantes pudimos sacar un baño. Tenía muy claro que no quería un baño al uso: no quería un mueble de baño típico, quería un mueble de salón para colocar bajo el lavabo, quería papel Toile de Jouy en paredes y techos. Respecto al alicatado, quería lo imprescindible… Quería un baño acogedor; se ve que es un baño, pero tiene otro punto”.
El precioso mueble del baño tiene la misma encimera de la cocina “Al final, tampoco es cuestión que la casa parezca una exposición de materiales, todo debe tener un sentido y una coherencia. Y el resultado creo que es muy bueno, porque los niños están contentos con él. Respecto al suelo, yo soy muy de tonos neutros, pero en este baño quería que fuese especial. Y el contraste de la baldosa con el papel, y el espejo de color dorado, queda genial”.
Tras el baño, y camino de los dormitorios de la familia, nos encontramos con un gran armario de unos 4 metros de largo aprovechado de suelo a techo. “Para crear ese gran armario quitamos espacio a las habitaciones, pero era imprescindible hacerlo porque no tenemos cuarto trastero. Y además, el pasillo sigue siendo amplio”.
Tras atravesar el primer tramo del pasillo, la primera habitación con la que nos encontramos es la de hija mayor, Blanca. Una habitación que permite que la luz natural entre al pasillo. “En la habitación cogimos el balcón para dárselo a la habitación. Pusimos un gran ventanal, y bajo la ventana, se enmarcó con molduras. En esta zona hemos creado una zona de trabajo con un escritorio. La pared de la antigua galería y el cabecero de la cama la empapelamos con un papel de estrellas grises y fondo blanco. En esta habitación también dejamos una viga vista, pintada con el tono gris de las estrellas. Y la lámpara ya estaba en el piso, y la pintamos en gris para actualizarla”.
La habitación de Jorge la pusimos antes de que naciera. “Revestimos la pared con este papel con rombos, y cuando nació nuestro hijo, el papel determinó la decoración del resto de la estancia. La pintamos en el mismo tono… y bueno, la habitación va también evolucionando; Jorge necesitará en breve la mesa de estudio”.
Frente a la habitación del hijo pequeño de la pareja se abre el dormitorio en suite que incluye un baño y un vestidor. Además, hay un pequeño armario de obra de media altura que se construyó cogiendo espacio de la habitación del pasillo que ahora es el baño. Sobre este espacio, se colocó un espejo para darle más profundidad. Sobre el cabecero, hay unas láminas antiguas que estaban en casa del abuelo del marido de Pilar.
El baño de su dormitorio era mucho más grande, y lo hicieron más pequeño. Revistieron todo el baño en microcemento, incluyendo el mueble. Los espejos dorados ya estaban en la casa, y los reaprovecharon para este espacio.
Punto y Seguido, el proyecto personal de Pilar Cinca
Sentados en los sofás del salón, y mientras la luz del medio día inunda la casa, Pilar nos cuenta algo más sobre Punto y Seguido, la empresa de interiorismo y decoración fundada por ella misma en plena pandemia. “Lo que yo hago es estilismo de interiores. Desde niña siempre me ha gustado el tema estético, la decoración… Siempre me ha gustado redecorar, cambiar los muebles de sitio… Pero por distintas circunstancias estudié ingeniería, y tras trabajar en ese mundo más de 13 años, durante la pandemia decidí dar un vuelco a mi carrera profesional y crear mi proyecto personal haciendo lo que realmente me hacía feliz”
“Ya llevaba algún tiempo haciendo temas de home staging. Cuando mi marido y yo nos casamos, nos fuimos a vivir a otra parte de zaragoza, aunque los dos habíamos vivido siempre en el centro. Y la verdad es que queríamos volver al centro. Mirando casas por este sector, me preguntaba cómo era posible que vendieran los pisos así, sin darles un retoque para hacerlos más atractivos al comprador. Entonces, hablando con mi hermano, me preguntó que si no sabía que existía el home staging. Cuando preparé mi piso para publicarlo, lo puse todo super bonito, con luz bonita, quité fotos personales… y la verdad es que fue un éxito cuando lo publicité. Así que me formé en home staging, me di cuenta que me gustaba el tema, seguí formándome, hice un diploma en la Universidad Carlos III… Mis proyectos eran muy cuidadosos, los cojines, velas, el resultado era eran muy estético. De los trabajos de home staging me empezaron a salir más proyectos de decoración, seguí formándome, y la verdad es que no he parado desde entonces, ofreciendo servicios de interiorismo, decoración personalizada y reformas”.
Los rincones y las piezas favoritas de Pilar
En cualquier casa, siempre hay rincones favoritos en los que pasamos más tiempo, o en los que nos sentimos especialmente bien. En el caso de Pilar, esta decoradora de interiores lo tiene claro. El lugar en el que pasa más tiempo, es el rincón de trabajo que tiene en el salón: “Soy bastante nocturna. Por el día visito a clientes, obras, miro materiales… pero cuando llega la noche, a eso de las 21:30 horas, me siento en el ordenador, y me cundo un montón”.
Si el rincón de trabajo es el que más horas pasa, el rincón favorito de su casa el que conforman los sofás del salón. “Este rinconcito, con el sol entrando por las ventanas, me gusta sentarnos el fin de semana, tomarnos algo, estar con la revista leyendo, los niños jugando al lado…”
Respecto a las piezas favoritas, esas que acompañarán siempre a Pilar aunque se cambie de casa, la decoradora de interiores señala la alacena del salón, y la mesa de comedor, hecha a medida por un ebanista. También señala las lámparas del salón, o el cuadro de Tendero: “Fue un regalo de boda, es San Cayetano, donde nos casamos, y me lo regalaron mi hermana y mi cuñado. Este cuadro me encanta, y además es que encaja en todas partes”.
Entre sus piezas favoritas también destaca unas acuarelas que lucen colgadas de las paredes de la cocina. “Cuando nos casamos, le encargamos a un amigo de mi cuñada que pintaba cinco acuarelas distintas para los meseros de la boda. Cada mesa iba con una flor. Antes los teníamos en el dormitorio, y ahora las tenemos distribuidas por la cocina, y también me gustan un montón. Las hicimos exprofeso para la boda, y pasa el tiempo, y me siguen gustando.
Pilar, muchísimas gracias por habernos abierto las puertas de tu casa, ¡ha sido un auténtico placer conocerla!