Siempre recordaré el efecto wow que me provocó entrar en el comedor Tropical Living diseñado por Virginia Gasch en Casa Decor 2018. Era un comedor sofisticado y colorido que me atrapó por completo. Y desde aquel momento, tengo que reconocer que me convertí en fan total de esta interiorista a la que podríamos calificar de vital y colorista. Ahora, Virginia Gasch acaba de estrenar nuevo espacio en Casa Decor, ‘Vitamina Home’, de la mano de la firma Culmia. Y aprovechando su nuevo espacio en la que es la mayor exposición de decoración e interiorismo de Europa, nos hemos acercado hasta su casa para conocer in situ de dónde surge ese derroche de vitalidad y creatividad que Virginia lleva con ella.
La casa es una explosión de color y de fuerza, representando a la perfección la personalidad de esta interiorista que vive con su hija en el corazón del barrio de Salamanca desde hace cinco años. “Me trasladé a esta casa porque tuve a mi hija. Yo vivía en un ático, en el típico piso de soltera… pero necesitaba una casa más familiar para mi nuevo tipo de vida. Entonces nos mudamos aquí, y la verdad es que es un piso que hemos hecho poco a poco. Al contrario de lo que yo hago con los clientes a los que les hago su casa, aquí el proceso ha sido lento. He ido encontrando piezas de las que me he ido enamorando y, precisamente, lo complicado fue unir esa amalgama de cosas”, nos explica Virginia mientras estamos sentados en uno de los sofás del salón.
El salón de Virginia Gasch, luminoso y ecléctico
El salón es el espacio central de la casa. Amplio y luminoso, esta estancia destaca por su eclecticismo y por el arriesgado uso del color, tan habitual en los proyectos que Virginia realiza desde VG Living, su estudio: “El reto fue hacer que combinasen todas las piezas y que existiera una armonía. En el salón hay mucho color, con el cheslong rosa, las butacas amarillas, esta alfombra que me enamoró, el papel rosa, los dorados, porque soy muy fan del dorado…”
Nuestra selección de productos para Virginia
“Verás que en esta casa se respira una atmósfera que es vital, como a mí me gusta que sean las casas. Me gusta que mi casa sea colorista, que te aporte energía cuando llegues, que te inspire y te haga sentir bien… Es verdad que hay gente que necesita el blanco y los neutros para vivir, pero yo, necesito color. Es curioso que cuando vienen amigos, sobre todo a las mujeres les encanta, pero a los hombres, les llama la atención que tenga tanto color. Me dicen que ‘mira que hay color’, pero que aún así, todo es armónico… y creo que ese es el reto, demostrar que con color puedes crear espacios armoniosos que te proporcionen paz y felicidad”, continua Virginia mientras desde los balcones comienza a entrar la luz del sol.
“Es verdad que cuando trabajas mucho con el color corres el riesgo de encasillarte, que tus clientes piensen que no puedes hacer algo neutro. Pero realmente, desde el estudio hacemos proyectos de cualquier estilo, hacemos casas modernas, minimalistas… Sinceramente, para mi es mucho más difícil hacer una casa ornamentada en el sentido de que le metes papel, le metes textura, colores, intentas que todo hable y transmita… eso es muy complicado. En cambio, hacer una casa neutra es mucho más sencillo. Pero lo que realmente me gusta hacer es diseñar casas vitalistas, mezclando piezas y materiales y que tengan armonía, aunque sea mucho más difícil. Este tipo de proyectos son los que mejor nos definen”.
La casa, además de alegre y colorida, es muy funcional: “El diseño del piso nos permite que en esta zona del salón nos sentemos toda la familia, que somos muchos, o los amigos, o que nos reunamos hasta 12 personas en el comedor”. En el saloncito adjunto también hay un rincón de lectura en el que a Virginia le encanta estar por el solecito que entra por las mañanas, complementado por una espectacular palmera que es de Living Retro, de Judit San Quintín. “Esta palmera fue amor a primera vista. De hecho, cambié todo ese saloncito por culpa de la palmera, que es lo que nos suele pasar a los interioristas. A veces hay una pieza que me conquista, y acabas recolocando lo demás”.
En el salón también destaca la presencia de flor natural (a Virginia le encantan los tulipanes), y las piezas de cristal de bohemia “Soy muy fan del cristal de bohemia, por eso tengo esas lámparas, que además provienen de Casa Decor”. Las telas de las cortinas también fueron amor a primera vista: “Un año nos fuimos a París, a Maison & Objet, me atraparon estas telas de Pierre Frey, diseñadas por India Mahdavi, y con ellas hice las cortinas y tapicé el banco que hay junto a la ventana. Las pantallas de las lámparas de cristal de bohemia son de Manuel Canovas y el papel rosa es de Gucci. Este papel me gustó porque es como tener la primavera en casa, te permite darle fuerza a la trasera de la estantería”, señala Virginia.
“Los cuadros son de una casa portuguesa que hace cosas muy divertidas, y estos cuadros me gustaron mucho porque tienen un rollo como muy Gucci. También llama la atención la palmera azul de Polspotten, que la hemos utilizado muchos años como árbol de Navidad”.
En el salón, entre dos de los balcones, destaca la presencia de una chimenea: “Yo soy muy fan de las chimeneas, quería que mi salón tuviera chimenea, y aunque fuera ornamental, me apetecía que estuviera. Ahora, además de esta chimenea deco que hay frente a los sofás, en aquel salón del fondo queremos que la chimenea que tenemos allí funcione. El fuego, la llama, da una sensación de mucho confort. Yo soy muy de velas, me encanta encender velas al llegar a casa, o cuando estoy con amigos… me gusta por la calidez y por el olor que proporcionan”.
En el salón brillan con luz propia dos butacas tapizadas en amarillo. “Soy muy fan del color amarillo, un color que no se usa mucho en decoración porque es muy potente, pero que tiene un poder único para meter una inyección de energía. Fíjate en este caso, lo que el amarillo hace aquí, el boom que te da”.
“El eclecticismo y la mezcla son otra de las características de esta casa: Yo al final mezclo mucho, me encanta combinar piezas de firmas, con cosas de cadena deco… Tengo cosas de Fornasetti, esos cojines son de una colección que lanzó Jonathan Adler para una popular cadena de moda y hogar, o de repente vas al rastro, te encuentras con unas piezas que te gustan, y te las trae. Además, me gusta tener objetos que son de Casa Decor y de los espacios que son parte de nuestra historia, y de mi carrera. Por ejemplo, la butaca y la mesa son de Casa Decor del año pasado. Y ahora, al traer esas piezas y la palmera, ese espacio se tiene que redefinir con un cuadro moderno, cambiar la chimenea para ponerla blanca… Al final, yo creo que la casa de un interiorista tiene que ser una casa en cambio constante, y eso que yo estoy muy cómoda en mi hogar, no tengo la sensación de que algo falla. Pero es un cambio constante, siempre estás queriendo poner cosas nuevas, de repente ves un papel que te enamora y quieres colocarlo, y eso hace que tu casa evolucione contigo”.
Sobre uno de los sofás, destacan unos cuadros de Fernando de Ana, con un rompedor neón en rosa que es ideal para las noches más rockeras.
Vitamina Home
El Comedor
Separado del comedor por un tabique abierto con unas columnas, este espacio destaca por sus molduras, y por una pared recubierta por un espejo. “Instalamos el espejo porque creo que agranda, da profundidad y aporta luminosidad, ya que consigue transportar parte de la luz que entra por los balcones del salón, hasta el comedor, que es una zona algo más oscura. La mesa es de Casa Decor 2018 y las sillas son de los años 70 y las compré en un anticuario, tapizándolas después con una tela de Jonathan Adler. Las otras dos sillas que completan la mesa las compré en otro anticuario”.
En la estancia destaca el papel de Tres Tintas en tonos rosas que hace de fondo para un aparador mcintosh antiguo, también de los años 70. El cuadro es de Irati Anda Solay, “que trabajó conmigo, fue de las primeras personas que colaboró en mi estudio, empezó a pintar, y cuando hizo ese cuadro me encantó y me lo quise traer a casa como recuerdo de ella”.
El rincón y las piezas favoritas
Durante la conversación, deslizo la pregunta que hago siempre a los protagonistas de nuestras casas: cuál es el rincón favorito de su casa. Virginia lo tiene claro: el sofá del salón en el que estamos sentados: “Yo trabajo muchas veces aquí cuando vuelvo del estudio. Me gusta mucho la luz que entra por los balcones, por las noches encienden las luces del hotel que hay enfrente… Yo necesito luz, no podría vivir sin luz, sin sol… Para mí es básico, es la vitamina de la vida”.
Además de esta zona del salón, Virginia también hace referencia a la cocina, y al comedor: “La cocina es también un espacio muy vivido, ya que comemos y cenamos muchas veces allí. Y luego tampoco puedo olvidarme del comedor, ya que me permite hacer comidas con familia o con amigos”.
En lo que respecta a las piezas que le acompañarán siempre, Virginia explica que no le tiene apego material a casi nada, porque le tiene apego a todo lo personal. Pero si tuviera que elegir, elegiría piezas que tienen una historia, piezas únicas como las lámparas de cristal de murano, la palmera de Living Retro, el cuadro de Fernando de Ana, ese aplique del salón que también es antiguo: “Lo demás es más sustituible o sujeto a cambio. Porque mañana puede desaparecer el amarillo de mi vida y meter ahí un geométrico divertido que funcione. Lo bueno es que cambiando 2 o 3 piezas puedes crear un espacio nuevo completamente. Incluso muchas veces cambiando solo los cojines, ya tienes un cambio importante teniendo de nuevo la capacidad de volver a enamorarte de tu casa. Y eso creo que es importante, igual que cambiamos la ropa con la temporada, la casa también tiene que evolucionar”.
Virginia Gasch, muchas gracias por abrirnos las puertas de tu casa, ¡ha sido un placer disfrutar de ella!