Jaime Pareja es tasador de arte, y demás de ser un amante de las vajillas y del art de la table, vive en una casa llena de arte y muebles que harían las delicias de cualquier anticuario.
De entrada: cuatro claves deco
- Define el estilo de tu casa. Clásico de toda la vida.
- ¿Lo mejor de tu casa? La distribución, porque la cambie entera a mi gusto.
- ¿Tu color favorito para decorar? Me gusta mucho el amarillo, y el gris.
- ¿Qué piezas no entrarían nunca en tu casa? Un cuadro o una escultura contemporánea. Lo veo fuera y me encanta, pero en mi casa no la pondría jamás
En Madrid hemos visitado varias casas en el Barrio de las Letras y en el Barrio de Salamanca. Y hoy, nos estrenamos con una preciosa casa en otro de los barrios icónicos del centro de la capital española: Chamberí. Hasta allí nos hemos ido para entrar en la casa de Jaime Pareja.
Jaime es tasador de arte, aunque antes, estudió Derecho, fue profesor de historia del Derecho en la Facultad, se dedicó a la compra y venta de antigüedades e incluso tuvo un catering con unas amigas. Dexsde niño, a Jaime le han gustado las antigüedades, y sabía diferenciar entre Talavera y Manises, o entre Meissen y Samson.
Una casa en estilo clásico de toda la vida
Jaime llegó a vivir a esta casa dos años antes de pandemia. Es una casa muy luminosa, y realizó una reforma completa para transformarla y adaptarla a sus gustos y necesidades.
“Reformé la casa entera. La actual entrada era el office, lo tiré, y se convirtió en el recibidor. El salón eran dos cuartos que uní, y el hall también lo anexioné al salón para ganar espacio. La casa tenía dos entradas, y el mini hall de la segunda puerta lo transformé en un armario donde guardar las vajillas. Tapié esa segunda puerta, porque era absurdo tener dos puertas en esta casa. La verdad es que he conseguido no tener ni un solo metro perdido”, explica Jaime.
La casa ha sido decorada en un estilo “clásico de toda la vida. Es lo que he visto siempre en casa y es lo que me gusta”. Lo que más valora de la casa es que no tiene a nadie enfrente, ya que el edificio se levanta en una de las múltiples plazas del barrio de Chamberí. Y eso le permite subir los estores sin miedo a que nadie le vea.
De hecho, y aunque a Jaime le encantan las cortinas, en esta casa no las instaló. En su lugar, puso unos estores de tela: “Como la casa es pequeña, aunque tiene un salón muy amplio, decidí no poner cortinas. Y es algo raro en mí porque yo soy clásico y me encantan los cortinones. Pero me dio miedo que quitara mucha luz porque las ventanas son pequeñas. Pensé que iban a comerse espacio, y que iba a ser demasiado”.
Respecto al color de las paredes, pese a que le hubiese gustado pintarlas en un color verde Mazarino (el mismo de las cajas de Ladurée), al final decidió pintar la casa en un color que le gusta mucho, un gris azulado.
Todos los muebles que podemos ver venían de su anterior casa. Para colocarlos, Jaime pensó en la estructura del salón y en todas las piezas de mobiliario. “Cuando llegué, ya sabía dónde iba a ir cada mueble. Además, tenía que pensar muy bien dónde poner la televisión. Esta casa da a poniente, hay luz desde la 1 del mediodía hasta que se pone el sol, y eso puede ser un problema con los reflejos en la tele. He estado en otras casas en las que te sientas y de repente la luz se refleja en la pantalla de la televisión e impide verla. Así que la televisión tenía que ir entre las ventanas para evitar esos reflejos”, prosigue Jaime.
En la decoración de la casa destacan los cuadros que cuelgan de sus paredes. Los hay que son comprados por Jaime, pero también los hay de herencia familiar, como el cuadro del pintor alavés Díaz Olano que hay sobre la televisión. Como curiosidad, el pintor Día Olano diseñó la actual baraja española de Heraclio Fournier. Jaime también destaca un cuadro al que tiene especial cariño, una obra de Beltrán Masses, un artista que pintó retratos de lo más granado de la sociedad en la primera mitad del siglo XX. “Tenía retratos de Alfonso XIII o de Valentino”.
En el salón también destaca la abundante presencia de fotos familiares. Para Jaime, las casas tienen que ser cálidas, y parte de esa calidez la aportan los recuerdos familiares. “Mi casa, dentro de que es clásica, es una casa cálida y cómoda. Las casas tienen que invitar a que te quedes mucho tiempo, que invites a gente, y que no se quiera ir. Así como las sillas del comedor deben ser lo suficientemente cómodas como para comer bien, pero no demasiado para que no se alargue la sobremesa, creo que lo demás tiene que ser cómodo y cálido”.
A la hora de decorar, Jaime tiene claro que “no es solo que un cuadro valga más o menos, es el valor sentimental. Es si lo compraste, cuando, cómo… Si te supuso un esfuerzo, o una especial ilusión. Yo creo que podría contar historias de cada cosa que tengo en esta casa, ya sea comprada, heredada o regalada. Y eso para mí es importante, porque es toda una vida en realidad, es la vida que tienes detrás”.
En ese sentido, Jaime cree que las casas tienen que ser ante todos lugares de reunión y de vida. La forma de decorar dice mucho de esta idea. Para nuestro protagonista de hoy, “en Europa hay tres tipos de decoración, la inglesa, la francesa y la italiana. La inglesa generalmente consigue que todo sea cómodo. Tienen muebles muy cómodos, muy clásicos… Cada habitación de la casa la puedes usar, aunque sea el cuarto más elegantón del mundo. La francesa generalmente es de mírame y no me toques. Un salón francés es bonito, pero es un vámonos de aquí en media hora porque estamos incomodísimos. Y la italiana… es que los italianos tienen algo que no tienen los demás, y es que saben hacer maravillas con cuatro cosas… Yo creo que todos tienen algo de Visconti o de Zeffirelli”.
El más es más
Jaime es partidario del ‘más es más’. Le gustan los manteles de hilo, las vajillas de porcelana, de loza buena, la plata… y los pequeños detalles que pueblan su casa. Entre las cosas curiosas que podemos encontrar, hay relojes en miniaturas que parecen pastilleros. “En mi familia hay mucha afición por los relojes. Además de estas piezas, en casa tengo dos relojes en funcionamiento”. Y también tiene relojes de viajes que servían para llevárselos cuando se estaba fuera de casa, con caja de madera incluida para evitar daños.
En una vitrina, entre otras muchas piezas, destacan unos platos de Sèvres que utilizan en el Palacio del Elíseo, la residencia oficial del presidente de la República Francesa. “Estos platos los compré en un sitio de subastas de París. Con el tiempo, estaba leyendo el Paris Match.
Y en un reportaje sobre una cena que había dado Sarkozy en el Elíseo, Carla Bruni salía enseñando la vajilla que habían puesto. Entonces vi que eran mis platos, y comprobé que detrás ponía Palacio del Elíseo. Es la misma vajilla que sacan en las cenas de gala en el Elíseo”.
En el salón también llama la atención sobre una mesa, resplandeciente, la colección de bouilloires. Sobre el sofá podemos ver unos coloridos cojines de petit point hechos en su mayor parte por Jaime. Cerca del sofá encontramos también uno de sus últimos trabajos, un escabel con mariposas.
El resto de la casa
En el luminoso dormitorio destacan especialmente dos piezas. Para empezar, la espectacular cama de origen familiar que cuenta con un cabecero en el que aparece el escudo de los González Heredia.
“Era la cama de soltera de mi abuela, y creo que también la de mi bisabuelo. La cama era más estrecha, y yo la quería algo más grande. Así que como tengo unos amigos que restauran y pintan cuadros y muebles, me alargaron la cama sin que se note prácticamente. Con el resto de la estructura hicieron un banco para el pie de la cama”.
En la pared del lado derecho de la cama hay un espectacular repostero que tiene el mismo origen familiar. “Este repostero es de las cosas de las que no podría prescindir. Como no podía ponerlo en el salón, y en el pasillo puse otro repostero más pequeño, este decidí ponerlo aquí en el dormitorio”.
Además de la habitación de Jaime, la casa tiene dos cuartos de baños, una cocina y un cuarto de la plancha. En contraste con el salón y el dormitorio, estas estancias están amuebladas en un estilo mucho más contemporáneo.
Su gran pasión: el Art de la Table
La gran pasión de Jaime es el art de la table, o el arte de la mesa. “Mi pasión son las cristalerías, las vajillas, los manteles de hilo… Reconozco que sigo usando mantel, y sigo fijándome que el pico de la servilleta tape el resto. Y aunque doy importancia a la comida, porque además me gusta cocinar, prefiero una mesa bien puesta y que la comida sea normal, a una comida maravillosa en una mesa mal puesta”.
“Creo que el té sabe mejor en una taza de porcelana que en una taza de loza mala. Eso es así. Y en una mesa sucede lo mismo, entra por los ojos. Yo generalmente decoro la mesa con frutas como limones, uvas… No soy mucho de decorar la mesa con flores. Me encantan las mesas con flores, pero rara vez las pongo”, añade.
Para acabar
Tu rincón favorito: El sitio donde paso más tiempo es el sofá. Y luego, la cocina cuando estoy cocinando.
Tus piezas favoritas. Todas. No me desprendería de nada. De hecho, muchas de estas piezas vienen ya de otras casas. Hay muebles heredados, otros que he comprado, otros que traje de París, y que luego fueron a casa de mis padres y luego vinieron aquí… Pero entre todas ellas, las más importantes son las piezas familiares: la cama, el repostero, algunas vajillas… Me costaría mucho desprenderme de ellas.
Jaime, muchísimas gracias por abrirnos las puertas de tu casa y permitirnos conocer esas pequeñas joyas que guardas.
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