Muchos, cuando pensamos en enmarcar una lámina, un cuadro, o una fotografía, pensamos automáticamente en Felipe Biezma, de Arte San José. Uno de los pocos enmarcadores en activo que todavía quedan todavía en la capital aragonesa. Y hoy, nos hemos acercado hasta el barrio de la Magdalena para conocer la casa que Felipe comparte con su pareja, Raúl Molino.
Al abrir la puerta, nos saluda Laila, la perrita que es la auténtica dueña de la casa. La entrevista se desarrolla en el salón, un espacio que destaca por su luminosidad y por las vistas a la plaza Jordán de Aso, con el rehabilitado palacio de estilo aragonés, y con la torre mudéjar de La Magdalena sobresaliendo por encima de los tejados.
“La casa la compré hace por los menos 25 años, La Magdalena es un barrio que ha cambiado mucho en los últimos años, no tiene nada que ver el barrio de ahora, con el que conocí cuando me vine a vivir aquí. La verdad es que es un barrio que me encanta. El piso está reformado, le quité el gotelé, alisé las paredes, renové la iluminación… lo que sí que mantuve es el suelo de madera”, explica Felipe mientras tomamos un café sentados en unas descalzadoras restauradas por él mismo.
En el salón destaca una pared pintada en un verde intenso, que se repite en distintos lugares de la casa como el recibidor o el dormitorio, y que hace de hilo conductor. “La verdad es que me gustan las casas blancas, pero como esta casa es pequeña, quería meterle un toque de color y unificarla un poco”.
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Las paredes, repletas de arte
Las paredes del salón son una pequeña galería de arte. Hay desde pinturas de mercadillos, a obras de autores como Andrés Galdeano (el artista que hizo el mural de la estación de El Portillo), Carlos Sánchez Pérez (más conocido como Ceesepe, autor de los carteles publicitarios de películas de Almodóvar como “Pepi, Luci, Boom y otras chicas del montón”, o de la “Ley del Deseo”). En la pared que hay sobre el sofá también destaca un espejo de sol dorado, un reloj antiguo de la relojería Pérez de Mezquía (un clásico de nuestra ciudad). También podemos ver varias obras adquiridas en Postales del Limbo, de autores como Federico Contín o Fernando Martínez Godoy.
“También hay pinturas de Navarro Centelles, Natalio Bayo… o una reproducción de un cuadro de Daft Punk que descubrió Raúl en el vídeo de la canción Starboy de The Weenknd, y dijo mira, parecemos nosotros con Leia. Nos hizo gracia, conseguí la imagen, la imprimí, y desde entonces, está aquí en ese rincón del salón. Cambiando de pared, sobre la televisión hay un Gejo, o una chapa de Chillida que compré en el museo Chillida Leku”, señala Felipe.
Mientras nos enseña las obras que cuelgan de las paredes, Felipe nos explica que a él le gusta enmarcar cosas que tengan un significado “Cuando vienen a la tienda mis clientes siempre les recomiendo que enmarquen algo que signifique algo para ellos, algo comprado en un viaje, un cuadro que les encante, una obra de un amigo que pinta, o que te hace una ilustración. Tienes que enmarcar cosas que sean importantes para ti, para que la casa sea más personal si cabe”.
Además del arte, a Felipe también le encanta viajar: “Tengo muchas cosas de viajes, aunque muchas están ya en la tienda porque he ido renovando, como unos pergaminos que traje de Japón, otros que traje de China, o unas telas de Tailandia. Esos peces de bronce que ves sobre la estantería, son de Buenos Aires”.
El salón se completa con una preciosa mesa redonda de mármol de la firma Vical Home que compraron hace poco, acompañada de un par de descalzadoras que restauró el propio Felipe Biezma: “Yo vengo del mundo de la restauración. Empecé restaurando muebles, pintura, tallas religiosas… Estuve tres años en una escuela de arte privada, y por aquella época, yo compraba muebles antiguos, y los restauraba. Y esos dos butacones, son de esa época”.
Entre los muebles orientales y las obras de arte que cuelgan de las paredes, destacan los dioramas de Raúl poblando armarios, estanterías, y expositores. “Estos dioramas son de coleccionista, son muy complicados de encontrar. Ahí tienes por ejemplo la cabeza artesanal hecha por piezas de Stormtrooper, de La Guerra de las Galaxias, o esas figuras que hay sobre el armario son de los primeros bocetos que se hicieron de Star Wars, que se lanzaron con motivo del 30 aniversario de la saga”, nos explica Raúl.
En el pasillo, hay varios expositores en los que se muestran más dioramas de la colección, con figuras de Mazinger Z, Akira, Bola de Dragón, Mortal Kombat, o un casco de Halo que aparece en series como Big Bang Theory.
El dormitorio de Felipe Biezma
En el dormitorio destaca el cabecero de obra en el verde que hemos podido ver en otros puntos de la casa, y un espectacular armario de madera maciza de Hermanos Aguirre que era de casa de los padres de Felipe Biezma. Para actualizarlo, la solución fue forrarlo con espejos. Y para aumentar la capacidad de almacenamiento, Raúl y Felipe compraron unos baúles y un cajonero.
En el cabecero destacan unos escarabajos dorados con espejos, además de los libros que pueblan una estantería pintada también en verde: “Antes la verdad que tenía mucho más libros, pero ahora leo todo en libro electrónico. Aún así, mantengo algunos libros porque me da pena no tener libros en casa”, cuenta Felipe con cierta melancolía.
El arte, tradición familiar de los Biezma
Esa pasión por el arte que tiene Felipe le viene de familia. En la Avenida de San José tiene una tienda taller en la que trabaja la enmarcación y la cristalería, además de ofrecer láminas y pintura para vestir paredes. “La tienda era de mis padres. Se abrió en 1980, y aunque mi padre tenía entonces su trabajo, siempre ha estado muy relacionado con el mundo del arte, tenía amigos pintores… así que abrieron una tienda muy orientada al mundo del arte, de la que se encargaba mi madre. Y yo, cuando volví de hacer el servicio militar, con 25 o 26 años, me metí en la tienda, y la enfoqué en un principio hacia la restauración, aunque poco a poco fui orientándola hacían la enmarcación y la cristalería”.
En este sentido, Felipe explica que “mi punto fuerte es la enmarcación, aunque luego en la tienda también vendo por ejemplo láminas. Pero lo que a mí me gusta realmente es que cada cuadro tenga su historia, y eso lo bueno que tiene esta casa. No es una casa de decorador, pero es una casa en la que todo tiene su significado”.
La pieza y el rincón favorito
Ante la pregunta de cuál es su rincón favorito del salón, ambos lo tienen claro: “Nuestra zona favorita es el salón”. “Y la butaca que está junto a la ventana, me encanta. Estar leyendo, o viendo la tele, y ver la calle a la vez, es una maravilla”, añade Felipe Biezma.
En lo que respecta a las piezas favoritas, Felipe exclama “Los cuadros, todos. No podría elegir uno… Y también el mueble oriental rojo, o la lámpara de sobremesa con la pantalla naranja que compré hace muchos años en una tienda de iluminación que hay en el Coso”. En el caso de Raúl, sus piezas favoritas son los dioramas que más le ha costado conseguir, como las figuras de 25º aniversario”.